Por George Valencia*
Dentro del amplio imaginario de Stephen King, el maestro del terror contemporáneo, compuesto por una cantidad importante de novelas, ensayos, colecciones de relatos, numerosas adaptaciones cinematográficas y televisivas, un par de trilogías y una saga que campa entre la fantasía, la distopía y el western (La Torre Oscura), existe un hilo narrativo que generalmente escapa del radar de los lectores. No así la ciudad en que transcurre: Castle Rock, un lugar que seguramente sí le resultará familiar a los Lectores Constantes.
“La Roca”, como se le conoce coloquialmente a esta ciudad ficticia (tan importante en su obra como Derry, Haven o Little Tall Island), ha sido escenario de algunas de las mejores historias del “tío Steve”. Apareció por primera vez en 1977 con la publicación de La zona muerta, y con los años las obras que allí tienen lugar han sido catalogadas como pertenecientes a lo que se ha dado en llamar el Ciclo de Castle Rock.
El Ciclo está compuesto por una serie de historias de Stephen King que tienen como escenario a la pequeña ciudad de Castle Rock. Pero es mucho más que eso: existe una conexión importante entre todas ellas y un orden específico de lectura que se rige inicialmente por la fecha de publicación. Existen algunos relatos o novelas que mencionan de paso a la ciudad (como Cementerio de animales, «Rita Hayworth y la redención de Shawshank», Cazador de sueños, La cúpula, entre otras) o donde Castle Rock tiene cierto protagonismo (El juego de Gerald, La historia de Lisey, «Nona» o Un saco de huesos). Pero el Ciclo propiamente dicho empieza con La zona muerta, la novela de 1977 donde conocemos la ciudad por primera vez. Aquí encontramos personajes que aparecerán en novelas posteriores, como el sheriff George Bannerman o el oficial de policía Frank Dodd. Luego vienen El cuerpo, novela corta incluida en Las cuatro estaciones, y Cujo, de 1981. La clásica novela del San Bernardo que se contagia de rabia tras la mordedura de un murciélago, empieza precisamente recapitulando los hechos narrados en La zona muerta.
En este punto entran dos de los relatos cortos más memorables del Ciclo: «El camión del tío Otto» y «El atajo de la señora Todd», ambos incluidos en la antología Skeleton Crew, de 1985, que si bien no tienen mucha incidencia en la trama principal, sí mencionan personajes y hechos ya conocidos. Hasta aquí podríamos hablar de una primera fase en la historia del pueblo. Luego, como dijo el propio Stephen King, «era el momento de terminar las cosas, y hacerlo de manera contundente».
Y es cuando aparece una especie de trilogía final de Castle Rock. El primero de los relatos es La mitad oscura, de 1989. A pesar de transcurrir en su mayor parte en Ludlow, la ciudad figura en el libro y sirve para presentar al sheriff Alan Pangborn. Además, por supuesto, de mencionar hechos acaecidos en La zona muerta y Cujo.
Después viene «El perro de la Polaroid», el cuarto relato de Las cuatro después de medianoche, de 1990, que «preparará el escenario para el castillo de fuegos artificiales del final», en palabras del propio Stephen King. Aquí conocemos al viejo Papi Merrill, tío de Ace Merrill, el chico malo de «El cuerpo». El broche final es nada menos que La tienda, o Needful Things en inglés, donde Alan Pangborn es protagonista principal y donde encontramos un completo desfile de viejos conocidos de todas las novelas y relatos anteriormente mencionados. El punto final del Ciclo resultará ser realmente apoteósico. Aunque parecía estar todo dicho en la ciudad de Castle Rock, recientes novelas fueron ambientadas allí, trayendo nuevamente a la vida un pueblo que está grabado a fuego en el imaginario de los Lectores Constantes. Una de estas novelas fue Elevación, de 2018; la otra, y última hasta ahora, ha sido la historia de Gwendy Peterson.
La caja de botones de Gwendy, una de las creaciones literarias más interesantes de los últimos años en la obra de Stephen King, nos lleva nuevamente a “La Roca”, donde no solo tiene lugar esta obra, sino las dos continuaciones que han convertido a esta novela corta en una trilogía: La pluma mágica de Gwendy y La última misión de Gwendy. La primera y la última, importante mencionarlo, en coautoría con Richard Chizmar.
De tal manera que Castle Rock sigue más activa que nunca en el universo del escritor de Maine, y puede ser este el momento para revisitar la ciudad, quizá ahora en un orden más estratétigo que nos permita seguir de manera más cercana y cronológica a sus habitantes más emblemáticos, a lo largo de los años y a través de historias que estaban más conectadas de lo que pensábamos.
GEORGE VALENCIA (Calavera)
Rockero a morir, coleccionista de libros y lector voraz. Creador de «Los Libros de Calavera», coqueteó con la narrativa hace algún tiempo, llegando a escribir una novela en coautoría y una veintena de relatos. Algunas de sus historias y reseñas han sido publicadas en revistas tanto físicas como digitales y en alguna antología. Espera algún día tomarse una foto frente a la mansión de Stephen King.