Es la expresión del sujeto artista.
¿Quién es el sujeto artista?
Pues, el que hace arte.
Entonces ¿arte y artista no se pueden separar?
Sí y no.
Un día escuché un cuento de una señora de un museo de memoria histórica que fue de visita al territorio, según caminando en una zona rural vio una carretilla toda maltrecha, porque había sido usada para lo que había sido construida y, por tanto, plena.
La mencionada señora le dijo al dueño del objeto “compa, usted me puede emprestar su carretilla para una exhibición de arte que tengo”.
El señor le dijo “claro que sí doña”.
Al día siguiente, la señora joven preguntó por la carretilla, el dueño la había enderezado y pintado, ya no era aquella trajinada que había emocionado a la curadora, sino una más bella a los ojos de su dueño, el señor hasta le había puesto un pito nuevo.
La curadora le dijo, “oiga compa, cómo es que va a hacer usted eso ombe”
“¿Qué pasó doña?”
“No ve que el vacile de la caretilla era que estaba estropeada por la dureza de la vida en el territorio”.
“Da, seño yo pensaba que como la iban a llevar a un museo tenía que estar bien pintada, por eso la arreglé”.
Eso es el arte.
Una sombra… e inclusive un hombre muy pequeño puede llevar una sombra enorme.
¿Ah?
La curadora le daba valor artístico al pasar del tiempo expresado en la materialidad de la carretilla aporreada, él a la belleza claramente visible en el color y los materiales reparados.
Entonces, ¿el arte es una decisión?
Pues depende, es una decisión individual para un loco, como Van Gogh que murió en su soledad sin saber que había parido pinturas eternas. O un frenesí comunitario, como fue Diomedes para nosotros, que a los 17 años tenía composiciones producidas para los hermanos Zuleta y cantaba con Nafer Durán –hermano menos famoso del legendario Alejo.
El encuentro con el arte es individual, en el sentido metafísico. Nos aparece a cada uno como una representación. Una suma de estímulos convertida en un todo unitario por la mente.
Es que, en definitiva, lo único que conocemos es aquello que nos aparece ahí…
Es decir, que cada conciencia como caja de resonancia del universo tiene una manera de sintetizar los estímulos captados por los sentidos y convertirlos en una sola imagen – con sonido y todo lo que podamos- coherente que nos permite desplegarnos en el existir.
Y si bien los instrumentos sensoriales no son tan distintos entre un humano y otro, por más que haya uno que otro Superman, las historias de vida de cada uno sí que son muy diferentes.
En el caso del cuento, el señor de la carreta asocia al arte con lo bello como lo griegos, casi que la bondad asimilada con la belleza, “la carreta derecha y pintada es arte”. Para él, el trabajo es trabajo y no dolor o memoria histórica.
Por su parte, la curadora ve a la pieza como una historia encapsulada en un cuerpo material, una suerte de relato de lo que pasa alrededor extraído de las condiciones físicas de un objeto en particular.
Pero esta no es la única diada que podemos encontrar con el concepto de arte. Esta ni siquiera era de la que les había hablado al comienzo de este texto, sino que me pareció apropiado el cuento y lo eché.
El quid es que existe el arte y está el artista.
Lo primero es una idea.
Lo segundo es un sujeto.
Las ideas necesitan sujetos que las piensen para existir.
Los sujetos necesitan las ideas para ser tales, porque sino serían objetos.
Pero esas ideas tienen una forma de existir entre las personas que hablan de ellas.
Te lo pongo así, el arte, la ciencia o la religión son cuerpos de discurso descentralizados.
Existen autoridades y procedimientos que designan la validez dentro de cada uno, pero de acuerdo a unas reglas. Cada procedimiento variará según cada episteme – Cuerpo de discurso- y la legitimidad se la dan los integrantes del grupo humano que acoja la idea o sus instituciones constituidas formal o informalmente.
En el caso de la religión, particularmente de la religión católica, hay ideas que cambian muy difícilmente, como si los curas pueden o no vivir con su madre (Concilio de Medellín) y otras que son autoridad de cada cura como la homilía.
En la ciencia, puedes leer a Karl Popper o Thomas Kuhn para conocer de ciencia normal, paradigmas y esas cosas.
En el arte están los curadores, los artistas y principalmente el público.
Que no son personas o sí, pero son principalmente lugares de enunciación. El dueño de la carreta fue público y artista, lo mismo que la curadora. Nosotros a leer somos público y yo al escribir me siento artista.
Imaginemos que somos un mico humanoide
¿Por qué pintar una pared?
Yo creo que todo se reduce, a que queremos ser vistos.
El patín está en por quién y para qué.
El arte es la muerte tirándoselas de vida.
Una señora pensando que una carretilla percudida nos hará más conscientes del conflicto armado.
Un señor pensando que al arreglar su vieja carretilla la está convirtiendo en arte digno de las tutis.
¿Una carretilla, un viejo y una señora joven son los ejemplos que vas a utilizar para describir qué es el arte?
No tengo más, son los que tengo a la mano