Jóvenes
Escriban lo que quieran
En el estilo que les parezca mejor
Ha pasado demasiada sangre bajo los puentes
Para seguir creyendo —- creo yo
Que sólo se puede seguir un camino:
En poesía se permite todo.

Nicanor Parra

¿Se considera poeta o cuentista?

Ni lo uno ni lo otro. Soy un soñador que escribe poesía y cuentos según la necesidad de su expresión. Algunas ideas solo se pueden expresar en un poema y otras en prosa. Siempre le he dicho a mis amigos que soy un híbrido porque mientras ellos escriben poemas o cuentos, yo escribo lo que debo al ritmo de la poesía y la narrativa (risas). Aunque la ventaja siempre la tienen ellos porque al escribir desde una orilla no entran en divagaciones y en el riesgo de ahogarse en el río de la escritura extravagante como yo. Bienaventurados los que se pueden expresar hasta con una piedra y no necesitan que los llamen cuentistas, poetas o novelistas.

¿Por qué siempre ha tenido problemas con las etiquetas?

Porque un hombre es un número infinito de manifestaciones. Encerrar en un nombre o en un concepto cada uno de mis actos, es limitar y descartar el sinnúmero de sensaciones e intuiciones que un minuto de vida pueda implicar. Esa mala costumbre de los hombres de clasificarlo todo siempre me ha hecho pensar que son enemigos del silencio y del caos. Qué maravilla cuando descubro en un hombre mil virtudes y mil defectos, miles de sueños sin ser bautizados, clasificados, empaquetados y exhibidos en el supermercado del “si eres esto no eres aquello”.
¿Desde qué momento y por qué empieza a escribir cuentos dialogados?
¿Qué clase de pregunta es esa? ¿Acaso pretendes que en cuarenta o cincuenta palabras te explique algo de lo que ni yo mismo tengo una repuesta?

Perdón… cambio la pregunta ¿Qué es lo que más disfruta de escribir cuentos dialogados?

El cuento dialogado me permite dar cuenta de una situación con unos pocos detalles. Unas cuantas referencias espacio-temporales y algunas descripciones físico-psicológicas de los personajes y empieza la acción. Esta forma de escribir cuentos debe mantener una tensión constante, un ritmo donde sobran las ornamentaciones. Para responder te diré que disfruto del cuento dialogado el poder que se da al autor para crear contradicciones de principio a fin. Cada personaje va evolucionando hacia un desconcierto (en mis creaciones por lo menos). Cada pregunta es un abismo de respuestas que llevan a mil preguntas. Ésta forma de cuento es directa, sin pretensiones, una proyección del ser de los personajes a través de las palabras, pero muy por encima de ellas.

¿Es por eso que en su producción abundan los cuentos dialogados?

Soy un ser muy emotivo, lo que me dificulta la escritura de cuentos narrativos extensos. Cambio constantemente de ánimo por lo que necesito expresarme a la velocidad de mis emociones. El cuento dialogado solo me exige que no traicione el ritmo; del resto, me concede absoluta libertad para que mis sentimientos-pensamientos se manifiesten como bien les convenga.

¿Cuáles son los temas o las obsesiones de esos cuentos dialogados?

La soledad. Si digo soledad hablo de la humanidad, por lo tanto abarco todos los temas de este mundo. Un hombre no solamente se preocupa por la muerte, la locura o el desamor. Él está conformado por mil contradicciones, mil apariencias, mil formas de decir SÍ, cuando se actúa con un NO. Sé que algunos me dirán que mis temas son la incomprensión, la locura, la incapacidad de ser escuchados o el poder de los sueños. Pero eso sería muy superficial, porque sin darme cuenta de dónde proceden, todo cuanto escribo está condicionado por las circunstancias de lo cotidiano (molestias, sensaciones, encuentros, intuiciones, reminiscencias) lo que contribuye a que esa expresión escrita que en apariencia habla de aquello, en realidad sea una gama de posibilidades.

¿Qué autores lo han influido a la hora de escribir sus cuentos dialogados?

El cómic americano. Coleccionaba cómics, del Hulk, Spawn, Hitman, Batman, Superman, Spiderman y X-men, desde los 9 años. Sentía una profunda predilección por Spawn y sus diálogos. Ahora que lo pienso bien la lectura de los cómics, con su variedad de personajes, me enseñó, desde un sentido que no puedo explicar, a escribir pensando en imágenes fuertes, más que en figuras literarias (siempre he dicho que me hubiera gustado ser pintor). Otra influencia fueron las lecturas de los diálogos de Platón. Cuando estudié filosofía me maravillaron los gestos y el dramatismo de Sócrates que con mucho humor refutaba los argumentos de sus adversarios. Los cuentos metafísicos: Revelación mesmérica, El poder de las palabras, La conversación de Eiros y Charmion, El coloquio de Monos y Una Y Silencio, de Poe me iluminaron, especialmente los tres dialogados. Considero El poder de las palabras una obra maestra del cuento fantástico dialogado. La lectura de este cuento me impactó tanto que escribí Gravitón “el maldiciente” como un homenaje a ese gran escritor padre de todas las cosas buenas en la literatura.
Esas tres son mis influencias principales, pero también puedo mencionar el teatro completo de Yeats, las tragedias de Esquilo, Eurípides y Sófocles; el teatro de Camus, Sartre y Beckett; las jugarretas de Jarry, el dramatismo desgarrador de Hamlet, Macbeth y Otelo de Shakespeare; y más recientemente los diálogos de los personajes de McCarthy, Carver y Chejov. Oh, y olvidaba un cuento que me impactó en la adolescencia titulado “El Viaje” que hace parte del libro “Su última palabra fue silencio” de un autor antioqueño que creo su apellido era o es Arango. Ahora también recuerdo que me gustó la lectura de Los Asesinos de Hemingway y Detectives de Roberto Bolaño. Entre mis planes está leerme éste mes Las puertas del Paraíso de Jersey Andrzejewski. Debo aclarar que estas estructuras dialogadas son un cuento y por lo tanto posee las características de éste. No se debe pensar (aunque suene a justificación) que considero superior al dialogo que a la narrativa. Para mí el dialogo posee el ritmo de lo que en estos últimos años he querido decir. La narrativa es el sueño estable que algún día espero mis estados de ánimo puedan alcanzar.

Continuando con lo de los cuentos dialogados dígame ¿Cuál de ellos es su favorito?

Gravitón el maldiciente y fuego son mis favoritos porque son los primeros que me dan la conciencia de que esa forma de escribir era y es la que me gusta. Estos dos cuentos son autorretratos de una profunda crisis en un momento de mi vida. Los prefiero porque son sencillos y no están llenos de tanto subterfugio experimental (que es otra de las cosas sin la cual no podría vivir. Me gusta experimentar con la forma y el contenido porque considero que cada día hay que meterle más de los sueños a las palabras).

¿Cómo funciona el fenómeno creativo en usted? ¿Cree en la inspiración? ¿Hace uso de alguna técnica o ritual?

Ojalá los malditos lectores sintieran y se demoraran leyendo lo que uno siente y se demora escribiendo una página (risas). Pero imagínate que esto fuera así. Yo estaría súper jodido sintiendo cada página de Artaud, Jattín, Dostoievski o Pizarnik (risas). No me interesa si se llama inspiración o mortificación, para mi funciona como la llegada de un caudal de sensaciones e ideas que en el transcurso de mi vida se han ido construyendo dentro del vacío de la existencia. Te confieso que me sorprendo cada vez que estoy a punto de terminar una expresión porque a decir verdad no sé qué es lo que me permite construir un universo con ciertas características. Odio a todos esos artistas que tienen un nombre y una explicación para eso que les permite crear una obra. Pienso que es mucho mejor deleitarse con el enigma que permite que los hombres se puedan expresar. Las explicaciones de un romántico, un realista, un dadaísta y hasta un surrealista se oponen en muchos sentidos. Aunque sea fastidioso, debo reconocer que todas esas explicaciones sirven para que un escritor entre en contacto con lo que le sucede a otros, el único problema es cuando convierten en axiomas lo que se da en casos particulares (risas).

¿Qué le produce tanta gracia?

El hecho de que estemos hablando todo esto, cuando en verdad es algo más complicado y a la vez más sencillo de lo que parece. La creación de una obra es algo caprichoso que te puede suceder mientras comes un helado en la calle, después de un gran orgasmo, antes de pagar el recibo de la luz o en medio de una riña callejera. Cuando llega, llega. La obra no es solo lo que el público conoce, sino todos los sinsabores que se producen en el artista con su llegada. Siempre he dicho que no existe un placer más grande en el arte que encontrarte contigo mismo discutiendo las posibles consecuencias de todo lo que haces. En el arte un paso en falso es la destrucción de la obra, es decir, si no eres sincero contigo mismo estás frito y derrotado. El artista tiene todo el derecho de mentirles a los hombres, pero jamás debe mentirse a sí mismo, porque las consecuencias siempre serán dolorosas a la hora de enfrentar la verdad.

¿Qué piensa del plagio?

¡Que quede claro que todo lo que respondo hace parte del yo de ahora, luego no respondo por mis acciones de los cientos de yoes que vendrán a contradecir y a burlarse de este que hoy te responde! ¡Que quede claro que esta es mi verdad del momento, no la verdad del próximo año o la próxima hora! Sé que se me acusará de relativista pero ¡Por Dios, ya basta de creer en la estabilidad del universo, todo cuánto fue, es y será, está hecho de la incorregible inestabilidad! Con respecto al plagio solo diré que es el pan necesario de cada día para la creación de híbridos que den cuenta de la desesperación de los artistas de hacerse uno con el universo. Plagio es estafa y descubrimiento, sino que lo diga Lautréamont con su obra Los cantos de Maldoror. A los que plagian mal solo les digo que lo mejor es amarrarse una piedra al cuello y lanzarse al mar.

¿Cuáles cree usted que son las condiciones ideales para que un escritor se pueda expresar?

Algunos escritores necesitan mantenerse ocupados en el bullicio de lo urbano. Otros se apartan del mundo y se refugian en su soledad y unos cuantos se mueven entre el caos y el equilibrio. Por mi parte disfruto pasearme solo, acompañado por las calles de la ciudad introduciendo mi universo por todos esos rincones, fumando y bebiendo el Spleen de lo cotidiano; pero a la hora de escribir debo encontrarme solo, debo enfrentarme con la bruma del silencio sin la interrupción de alguno que no sea mi gato, las moscas, el abanico y el caudal incorregible de mis ideas. Odio que me observen mientras escribo o pinto… para mí la creación se resume en el control absoluto que posee el artista sobre su espacio y su tiempo.
El mejor lugar donde un artista se puede encontrar es en su cuarto sentado o acostado en la cama junto a una ventana que deje entrar una buena ráfaga de luz. El mejor lugar donde un artista se puede encontrar es en la calle escuchando y observando el ir y venir de la vida humana hacia su propio infierno.

¿Cree usted que el artista debe estar comprometido con su tiempo?

No me importa el resto. Yo estoy comprometido con mi entorno y mi soledad. Toda esa discusión me tiene sin cuidado. Aunque diga que solo me preocupo por mi satisfacción estética, estaría dudando que hago parte de este mundo y que la mínima expresión de la que haga uso pertenece a un sinnúmero de transformaciones sociales e históricas. Si me preguntas que si solo escribo para los hombres, te responderé que solo escribo para mí. Pero en el momento que empieces a pensar que solo escribo para mí, te responderé que inevitablemente escribo para los hombres, para su condición de auto-opresores.
Yo no quiero moverme en un solo principio, en una sola verdad, en una sola corriente. Mis estados de ánimo son contradictorios. ¿Qué pensarías si te digo que toda esta entrevista es una gran mentira y que todo lo que te respondí no es más que un falsete? Cuando pienses que estás cerca de saber quién soy, estarás más lejos de mi oscura realidad.

¿Qué es más nocivo para un escritor?

Creerse dueño del “mejor” estilo literario. Dejarse seducir por los besos y los aplausos: la fama es un veneno para el que pocos encuentran antídoto. Escribir según las tendencias y los gustos del momento; el mercado crea necesidades que en pocas años son consideradas parodias de la realidad. Ser publicado antes de la madurez literaria. La edición no hace al escritor, solo es una especie de premio o recompensa por aquellos años de sacrificio y entrega. Conozco a muchos que afanados por el reconocimiento en ciertos círculos, publicaron mamarrachos que acabaron con su carrera literaria. Plagiar y que otros escritores se den cuenta. Plagiar y creer que se es un genio innovador. Plagiar a un mamarracho de escritor que esté vivo y a quien le gusten las controversias (risas). Sentirse feliz y conforme.

¿Qué es lo más beneficioso para un escritor?

Leer como un demente todos los días de su vida hasta la llegada de la muerte. Mantenerse alejado de los círculos artísticos donde se crucifica la inocencia de la vida. Disfrutar ser inédito hasta donde se pueda: este es un placer que pocos saben valorar, enceguecidos por ver su nombre en la portada de un libro. Ser fiel a sí mismo y crear las condiciones adecuadas que le exija su obra. Garantizarse altas dosis de tristeza y desesperación según sea el caso. Romper todas las reglas: creo que esto es lo más beneficioso para todos los artistas. En la transgresión del orden se encuentra la absoluta libertad, el artista que se conforma con el canon y las jerarquías del sistema está derrotado.

¿Qué papel juega la imaginación en la construcción de su obra?

La imaginación es la luz maravillosa que hace que mirar el exterior tenga sentido. Todas las grandes obras de arte han surgido de la imaginación, de la capacidad de mirar a través de las ventanas que algunos prefieren ignorar. En mi obra la imaginación es humor, aventura y la posibilidad de romper los espejos del orden.

¿Y el sueño?

El sueño es el camino, la verdad y la vida en el mundo del arte. Todos guardan silencio ante este coloso impredecible. El sueño es la posibilidad que garantiza todas las posibilidades, es por eso que en mi obra los personajes siempre están dispuestos a colocar una corona de laurel como muestra del respecto a su grandeza. Me considero un hijo del sueño, un sacerdote libertino de lo onírico.

Sabiendo la importancia que tiene para usted la lectura le pregunto: ¿Qué valor tienen los libros?

Esta es mi repuesta: ¿Existe en el mundo un objeto más poderoso y peligroso que un libro? ¿Puedes decirme por qué corro como loco a las librerías de segunda a lanzar alabanzas a esos instrumentos de papel, encarnación de todo lo maravilloso en el universo? ¿Me creería alguien si le digo que si el rollo de la reencarnación es cierto, yo quiero reencarnar en un libro que bien puede ser una reedición de los cuentos completos de Edgar Allan Poe traducidos por Julio Cortázar o la obra completa de Arthur Rimbaud en 500 páginas? ¿Se atreverá algún escritor a decir que está por encima de la lectura y los libros? En los libros se encuentra mi alquimia; todo el poder imprescindible para construir mi propia libertad. La lectura es una caja de pandora que le garantiza al lector mil aventuras, mil desconciertos, mil y una formas de encontrarse a sí mismo, por eso todo buen lector debe garantizarse su dosis diaria de libros, no importa que deba robarlo, prestarlo o venderlos.

Hablemos un poco de ese “Mal del lector” del que ha hablado en algunas ocasiones ¿Ha tenido consecuencias en su vida?

Eso que llamo “El mal del lector entregado” es uno de esos castigos universales que jamás dejara de parecerme algo divertido y conmovedor. Cuando era más joven, incluso ahora, sufría cada vez que recordaba que moriría sin leer una millonada de libros maravillosos que podían deleitar mi imaginación. No había terminado de leer un libro cuando ya estaba pensando en los próximos dos que tenía que leer. La obsesión de una repentina muerte hacía que todo fuera una carrera (lecturas y escrituras). “El mal del lector entregado” es el del mal leer cientos de páginas por la búsqueda afanada de intentar leer todos los libros del mundo. Ni Borges que era uno de los lectores más geniales de este mundo pudo leer la primera parte de cuantos libros se han escrito. La madurez lectora llega cuando nos deleitamos con la lectura de un libro sin preocuparnos de que este podría ser último que leyéramos. Otro de los sufrimientos de ese mal es que siempre vas un paso más adelante que tus amigos con respecto a los libros que lees. Lo que causa un vacío al no tener con quien compartir tu experiencia lectora (opiniones, malinterpretaciones y descubrimientos). Eso me hizo comprender que un buen lector es aquel que estimula a los otros a interesarse o aborrecer una obra.
Por ultimo creo que ese mal, que no es otra cosa que un producto de la sensación de que la realidad se queda corta, exilia al lector en un mundo de divagaciones con las que aburre a todos, absolutamente a todos sus allegados. El lector entregado (obsesivo) no quiere hacer otra cosa que leer y hablar de libros en todo momento y en todo lugar. Me he dado cuenta como he aburrido a muchos con el hábito de relacionar la realidad con todas mis lecturas… “El mal del lector entregado” es una flor que crece en el jardín de la soledad y que solo da su perfume a unos pocos adictos a la ficción.

¿A qué autor le hubiese gustado conocer?

A ninguno. No existe cosa más pedante en el mundo que un escritor. La literatura se trata del idealismo con el que lees a un autor. No creo que exista un acto más bello que ver a un joven renegando de su tiempo y sus condiscípulos e imaginando que la mejor época y la mejor amistad es la de sus autores favoritos; incluso llegar a desear máquinas del tiempo como las de Wells para recorrer su idealizada historia de la literatura y codearse con las biografías malditas que nos han vendido las editoriales en la contraportada de los libros. Yo fantaseé con Poe, Baudelaire, Rimbaud, Lautreamont, Artaud, Tzara, Lovecraft, Kerouac, Sabato, Carver Pizarnik, Bolaño y Papasquiaro. Imagina que me encuentro a un autor como Borges, en el que admiro la capacidad de escribir cuentos y ensayos y que al leer mis manuscritos salga con un rollo super-intelectual y me diga en broma “No seas boludo, eso que escribes no es literatura” (risas). En la literatura soportas los delirios de grandeza de un autor, precisamente porque no está ahí pisándote los talones y bien puedes lanzar su libro por la ventana si llega a aburrirte (risas).

Hace un momento cuando le pedí que hablará del mal del lector, usted dijo algo así como “la obsesión de una repentina muerte” ¿A qué se refería? ¿Tiene esto que ver con su escritura?

Esto es algo muy personal, aunque, ¿qué no es personal en la vida de un hombre? Algunos amigos se toman todo el tiempo del mundo para escribir sus cuentos y sus poemas, otros demoran meses haciendo una pintura… Eso está bien para ellos, para su estilo de vida o existencias… Pero para mí es más complicado… Escribo todo a la carrera… Me desespero cuando no le doy punto final a una expresión, es por esto que creo que mis descripciones y mis personajes son fantasmas, seres incompletos que no pudieron ser bien definidos por culpa de mi desesperación con el tiempo. Mi emotividad está marcada por la obsesión de una muerte de esto que soy. Para que entiendan esto solo diré que hace pocos años, una madrugada “cualquiera” miré en el calendario del celular una fecha: 14 de Enero del 2014. Una voz me susurró al oído “Ese es el día de tu muerte, ese es el día de tu muerte”. Precisamente ese es el día en que cumplo 27 años. Y te voy a decir algo que pocos saben ¡El 14 de Enero es para mí el día más importante del año! ¿Por qué? Es algo que no te voy a responder, pero si en un día como ese me toca morir, ahí sí que se esconde algo. Puedes creerme supersticioso pero esa señal me jodió todo. Puede que ese día sea la muerte de mi tristeza, o el día de la muerte de mi sueño con el arte… No sé, pero sea cual sea la muerte (la de mi carne o la de mi espíritu), que me toque vivir, no estoy para tomarme el tiempo de una tortuga. Sé que hay cosas que se deben dejar reposar para que maduren… ¡Pero al demonio, siempre que pueda voy a luchar por intentar poner punto final! No te imaginas lo desesperado de todo esto, de saber que estás frito con la muerte y que con mil ideas geniales en la cabeza, no puedes expresar más que dos o una. Mi mujer está por encima del tiempo y por eso se molesta por mis afanes, por mi obsesión enfermiza con el paso de las horas… Confieso que cada día mi convivencia con los hombres y los minutos se hace más absurda, dolorosa e insoportable.

¿Para usted cual es el papel de un artista en la sociedad?

El de proyectar sus sueños y creaciones: El artista reinventa todas y cada una de las manifestaciones de la realidad. No importa que su arte esté o no comprometido.

En ese caso ¿podría decirnos qué es para usted un artista?

Nada más y nada menos que un monstruo panteísta sacerdote de una religión llamada animismo. Considero que el arte es la columna esencial que hace que el mundo no se desplome y por esta razón es que su apariencia resulta chocante porque para sostener un mundo como este, son necesarias las formas que atentan contra las geometrías de la convención. Esta es la razón principal por la cual el artista es un monstruo panteísta: Para él todo es una manifestación que culmina en la materialización de la obra. El universo es un gran cuerpo donde cada parte es un complemento de la otra y el artista posee la sensibilidad y la chispa para poder ver o sospechar ese gran cuerpo viviente de donde nace un árbol con todos los frutos de la imaginación, aunque su obra solo sea un fragmento de esa desconcertante maravilla. Un verdadero artista (me disculpo por lo de verdadero) es aquel que no se casa con una sola forma de ver y sentir el universo, sino que reconoce que cada fracción de tiempo y espacio son un conjunto infinito e ilimitado de posibilidades donde puede encontrar su cielo e infierno según sus necesidades. El artista está más cerca de la sabiduría que pregonaba el incomparable William Blake: If the door perception were cleansed everything would appear to man as it is, infinite. Indudablemente más despierto en el sueño para intuir la sabiduría del genial Charles Baudelaire: L´homme y passe à travers des forêts de symboles/ Qui l’observent avec des regards familiers. Todo lo que existe es poseedor de una vida, de una chispa que espera que nos coloquemos los guantes de boxeo para poder atacarnos con sus puñetazos de luz. Nada debe estar de más para el artista, para él es importante la colilla del cigarrillo, la telaraña en la pared, tanto como los planetas y las emociones humanas: La religión de lo animista se encuentra en super-percibir centímetro a centímetro la voz de cada uno de los objetos que agoniza en el universo (risas).

¿Qué le parece chistoso?

Que lo he dicho todo y no he dicho nada de mi convicción de que todos los artistas son unos monstruos panteístas formados en la placenta del sueño y de la fantasía… Sufro del mal de ser un inconforme con todo lo que digo y hago.

¿Qué libro lee ahora mismo?

En los últimos días he leído Seis personajes en busca de autor de Pirandello, Misterio Bufo de Vladimir Maiakovski, Muerte de un viajante de Arthur Miller y el teatro completo de Arthur Adamov y Eugenie Ionesco. Debo confesar mi felicidad: La lectura de las piezas de teatro son unos de los pocos placeres que jamás me defraudarán.

Para cerrar esta entrevista queremos hacerle un grupo de preguntas que responderá rápidamente y que servirán para que los lectores tengan una idea más clara de sus gustos literarios.

Tres novelas latinoamericanas que todos deben leer.

Sobre héroes y tumbas, Cien años de soledad Y Los detectives salvajes.

Tres cuentos fantásticos.

La máscara de la muerte roja, Las ruinas circulares, Adiós a mamá, El policía de las ratas, El perseguidor, Cose pequeños puntos en la espalda de un hombre muerto, Solo para fumadores, Profesor miseria… (Risas)

Viendo que fueron importantes en su formación como escritor, mencione Tres cómics o novelas gráficas

Como te has dado cuenta tres no son suficientes dados mis gustos, pero trataré de ser breve (risas). Hellblazer, Sandman, Sincity, Maus, Blacksad, V de vendetta, Fritz the cat, The invisibles, Lobo, Spawn, Hellboy, Arkham Asylum, Preacher, Watchmen, Hitman, y el maravilloso e incomparable Transmetropolitan, un comic imprescindible para los rebeldes de este siglo.

Tres poetas

Acabo de decirte que tres jamás serán suficientes para alguien que se considere buen lector. Mejor lean todas las novelas latinoamericanas escritas y por escribir; lean todos los cuentos habidos y por haber; lean todos los poetas, especialmente a los románticos, a los vanguardistas y a todos los clásicos; lean todas las piezas de teatro de todas las épocas si quieren conocer el corazón de la humanidad; lean todos los libros que se les atraviesen…

¿Lector o escritor?

Lector. La lectura me garantiza lo demás. Y como diría Roberto Bolaño: Soy mucho más feliz leyendo que escribiendo. La escritura es la vanidad de no poder leer a otros sin sentir envidia y creerse capacitado para también crear ficciones (risas). Quienes me conocen saben que sufro de bibliomanía. Creo que tengo la suficiente madurez para reconocer que sería capaz de dejar de escribir, pero jamás de leer. Borges quería que lo recordaran no por lo que había escrito, sino por todo lo que había leído, lo que es comprensible, porque la lectura es quizás la forma más bella de la creación, es crear sin crear.


Prólogo al libro de cuentos “El hombre que se disfrazó de libro”. Trabajo de grado en Creación literaria (2014) (Escrito para el comején y el olvido en los anaqueles de la Universidad de Cartagena).

EL SEÑOR UNDERGROUND

Las imágenes hacen parte de la obra de David Dalla Venezia.
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(1981 o 1987). Agente patafísico en la ciudad imaginaria de Yellow Hell City. Fanzinero (re)negado en varios planetas del Multiverso. Fanático de los collages y los cómics de Grant Morrison y Charles Burns. Murallero crepuscular. El Amigo invisible de Rimbaud y Lautréamont.

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