Santiago Gamboa ya había buceado antes en las marismas del policíaco y el noir. Lo primero, en su novela Perder es cuestión de método, publicada en 1997, y en el relato que se halla en El síndrome de Ulises, de 2005; lo segundo en Será larga la noche, publicada en 2019, la primera novela de la saga del fiscal de Investigaciones Especiales Edilson Jutsiñamuy. Ahora, el honorable fiscal de origen indígena se enfrentará a una investigación tan intrincada como satírica en donde, de la mano de sus fieles investigadores René Laiseca y Zipacón, así como de la periodista Julieta Lezama y su mano derecha, la exguerrillera Johana, junto a una pléyade de funcionarios locales y extranjeros, nos llevarán a través de más de quinientas páginas a las más enrevesadas situaciones que, es probable, solo puedan ocurrir en nuestro país: amputaciones como método de tortura, secuestros, hombres con una doble vida, yonquis aferrados en una relación de poliamor y un escritor (el propio Gamboa) que resulta envuelto, por fuerza de las circunstancias, en una peligrosa situación. La obra está dividida en diez partes y cada una lleva un título que permite al lector vislumbrar lo que vendrá a continuación.



Gamboa, fiel heredero de la tradición de la novela negra contemporánea, nos entrega aquí un thriller descomunal en donde juega con la trágica realidad de nuestro país, aderezándolo todo con una visión un tanto burlesca que no termina de encajar en la obra. Y si bien Colombian Psycho es una de esas novelas que el lector no quiere dejar, siguiendo de lleno la estructura que las editoriales vienen potenciando desde hace ya un tiempo, y que obliga al lector a pasar página tras página en espera de un nuevo giro, la situación se hace más compleja debido a los diferentes elementos que el autor añade a la obra, lo que la convierte en una caricatura de la realidad colombiana. Desde ese punto de vista la apuesta de Gamboa es tan apabullante como exigua; lo primero, por las diferentes tramas que, muy bien estructuradas, debe el lector seguir en la búsqueda de la solución del caso con el que se abre la novela, inicio lento y lleno de detalles que recuerdan muy bien las obras de Petros Márkaris; lo segundo, deviene de la presentación de la realidad colombiana a través de la deformación excesiva de esta: paramilitares amputados, personajes corruptos, relaciones de poliamor y una periodista que tiene una vida personal hecha jirones, pero que saca de las profundidades de su crisis existencial todas las energías, y contactos, para ayudar a resolver el caso. Colombia es así, y puede ser que el escritor esté configurando un proyecto creativo donde el propósito sea abordar nuestra cruda realidad a través de aquel calco, pero es claro que quinientas ochenta y tres páginas son demasiadas para el caso que presenta esta novela. En fin, las bondades de tener sobre su espalda una vasta experiencia como escritor, valiosos premios y un agente literario de la talla de la casa Schavelzon Graham, le han permitido a Gamboa este derroche de creatividad que, huelga decirlo, podría haber tenido una menor extensión.

El fiscal es el verdadero centro de la narración, como lo fue ya en Será larga la noche, dotado de una vivacidad, inteligencia, manejo de la situaciones y de sus subordinados que el actual fiscal Barbosa desearía poder imitar. Ni qué decir de sus rituales para concentrarse, de la manera de tratar a los pasantes y de su honestidad a prueba de todo. Él, junto a Johana, la exguerrillera y mano derecha de la periodista Julieta Lezama, son los protagonistas de esta historia que si bien retrata las estructuras del poder de nuestro país, y su ya manida corrupción, no alcanzan a aportar nada nuevo al noir colombiano además de la ya mencionada parodia.

Vale la pena admitir algo, Gamboa ha sabido llegar desde esta visión mórbida a una nueva novela negra en Colombia. En Será larga la noche la trama giró en torno a las iglesias cristianas y sus nexos oscuros y agrietados; en Colombian Psycho es el retrato desfigurado de la violencia que no nos deja en paz, un postconflicto en riesgo, la corrupción y bagatela de una clase política enquistada en el poder, y la desesperación por no perderlo, así como la puesta en escena de la ineptitud de un estado que no puede con el nepotismo de sus dirigentes que se creen, además, intocables.

El autor maneja magistralmente los recursos narrativos, los personajes y las atmósferas. El uso del lenguaje es perfecto y el lector sencillamente se deja llevar por los meandros de la narración, pero la apuesta de realidad que presenta la novela deja al lector avezado, el que conoce de cerca el noir, con un sabor amargo en los labios. Sí, esa es Colombia, pero, ¿no hay nada nuevo que se pueda añadir a la realidad que vemos a diario en los medios? La respuesta es un no rotundo. Desde la novela, lo que le falta a la realidad desbordada que vivimos a diario son personajes paródicos como el feminicida y paramilitar Marlon Jairo Mantilla o el corrupto y arrogante senador Jacinto Ciriaco Basel. Asistimos a un baile de sombras que dejan al lector con la anécdota de una trama bien elaborada envuelta en un papel de regalo de risa y parodia que, para ser justos, deslustra el género. Esperemos que en la siguiente entrega, Gamboa ha asegurado que lo suyo es una trilogía, los escarceos amorosos de Jutsiñamuy, nombre que daban los indígenas huitotos al padre creador, le den mejores resultados y podamos conocer más de cerca su origen indígena, quizás esta, una buena o inclusiva idea que pone a los personajes de ficción de la novela negra en Colombia en un nuevo plano.

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(Pereira, 1979) Luis Salaz es el seudónimo con el que escribe Luis Alfonso Salazar Berrío. Autor de la Saga detective Mario Cifuentes que tiene los títulos Pasado clandestino, que recibió Mención especial en el Concurso anual de novela "Aniversario Ciudad de Pereira" en el año 2015 y Los cadáveres del convento, autoeditados en Amazon.com. Recibió el Premio Nacional de Novela “Aniversario Ciudad de Pereira” en 2017 con la tercera obra de la saga titulada Loveland. Acaba de publicar Las órdenes tiran del gatillo, su incursión en la novela histórica alternativa.

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