Sin preámbulos digo: el orden no definirá la importancia de las obras. En esta lista no existen jerarquías, solo un profundo amor por aquellos libros que me suicidaron con sus nirvanas. Tampoco daré detalles para enamorar al lector, al que le guste la buena literatura que los lea si le da la gana. El lector que no es tonto sabrá qué hacer con los títulos que aparecen al final de cada obra de la lista. La vida es muy corta para perder el tiempo en tonterías, lo mejor es leer como un poseído hasta que nos llegue la muerte. Si lees algunos de estos libros se perdonaran muchos de tus pecados.

  1. Trilogía: El túnel, Sobre héroes y tumbas, Abbadón el exterminador (Ernesto Sábato): Libros ideales para leer en la adolescencia y visitar el abismo de los sueños. Ernesto Sábato da cuenta de la condición desgarradora de la humanidad y nos entrega un espejo para que contemplemos nuestras más profundas pesadillas. Personajes como Juan Pable Castel (un dios), Alejandra Vidal Olmos, Fernando Vidal, Bruno, Martin y hasta el mismo Sábato; deambulan por el infierno de la realidad con el sinsabor de sospechar que la esperanza es un disfraz de la angustia. Para mí no hay entre los Sub-Americanos un autor más comprometido con revelar la fragilidad de los hombres. (“El escritor y sus fantasmas”).

  1. Cien años de soledad (Gabriel García Márquez): Muchas veces por todos los prejuicios que tenemos en contra de Gabo, ignoramos la riqueza de su obra que es a fin de cuentas lo más importante. Esta novela es para cerrar los ojos y caminar en la cuerda floja. José Arcadio Buendía, Úrsula Iguarán, Melquiades, el coronel Aureliano Buendía y Remedios “la bella”; personajes inolvidables que no están lejos de ser mis abuelos, mis padres y mis amigos. Para mí, Macondo se encuentra entre las invenciones más geniales de la literatura. (“El otoño del patriarca”).

  1. Ficciones (Jorge Luis Borges): Obra y autor no necesitan presentación. Este es el mejor libro de cuentos publicado entre los Sub-Americanos en el siglo XX. Un libro para soñadores. Piezas como, “Tlön, Uqbar, Orbis Tertius”, “La biblioteca de Babel”, “Las ruinas circulares” (mi cuento favorito de Borges), “Funes el memorioso”, “El milagro secreto” y “El Sur”; demuestran que este autor es uno de los genios más desconcertantes en la literatura universal (“El Hacedor”).

  1. Altazor (Vicente Huidobro): Un prefacio y siete cantos exquisitos a un ritmo enloquecedor. Este es un manifiesto definitivo de las vanguardias y creaciones Sub-Americanas. Un libro de ascensos y caídas. Una máquina de parir dioses creadores. (“Temblor de cielo”).
  1. Un tal Lucas (julio Cortázar): Sé que me dirán que Rayuela debe estar en esta lista, pero una joya como esa se encuentra por encima del bien y el mal. “Un tal Lucas” posee la medida exacta de lo que necesitan todos los individuos para entender que lo cotidiano se reinventa a cada momento. Al leer asistiremos al mundo de Lucas, que tiene una forma muy particular de opinar y desenvolverse. Por momentos uno siente que Cortázar le está tomando el pelo, pero es ahí donde radica toda la magia de esta obra, el humor es el antídoto. Un libro patafísico para reír, abrir los ojos y salir a cazar los crepúsculos de Yellow Hell City. (“El perseguidor”).

 

  1. Tadeys (Osvaldo Lamborghini): Paginas monstruosas de un mundo en decadencia. Esta obra perturbadora hizo una ruptura con todo lo que hasta ese momento se había escrito en la literatura Sub-Americana. Con un lenguaje que golpea, desde el primer párrafo el lector sentirá el horror y la genialidad de infinitas violaciones y actos que lo dejaran sin aliento. A los apasionados que disfrutan encontrar infiernos en la literatura, deben leer esta obra. Un libro con el que lanzarse a la hoguera del mundo. (“El Fiord”).

 

  1. Poesía completa (Nicanor Parra): Siempre he pensado que los artistas brillantes son aquellos donde el humor es un arma que critica e ilumina a los hombres. Su poesía entera es un manifiesto de todo lo bello y doloroso de este mundo. Sub-América jamás volverá a parir a otro anti-poeta como Nicanor. Una obra explosiva para salir a luchar y lanzarla contra los anti-motines del orden. Reverencias al anti-poeta que este año cumple un siglo. (“Poemas y anti-poemas”).

  1. Los detectives salvajes (Roberto Bolaño): Con la lectura de esta obra mi existencia sufrió una convulsión de la que hiceparticipe a todos mis conocidos. Mil y una noches hablé de este libro a todo el que quisiera escuchar. El resultado: una horda de lectores de Bolaño que reconocen y reconocerán su grandeza por unanimidad. Arturo Belano, Ulises Lima, Juan García Madero, Joaquín Font, Amadeo Salvatierra (el viejo más genial para tomar una copita de “los suicidas”), Auxilio Lacouture, Lupe, Felipe Müller y Cesárea Tinajero… personajes tan inolvidables e importantes en mi vida como los de Sábato, y García Márquez. Los 21 años pasaran a mi historia como “la temporada infernal de ataraxias y errores” junto a los Real Visceralistas en mi imaginación. La presentación de la segunda edición de la colección Compactos de Anagrama es la cosa más hermosa en cuanto a portadas de libros se pueden encontrar. Estoy seguro que nunca antes la caratula de un libro Sub-Americano llego a tal nivel de popularidad hasta el punto de convertirse en icono, que hasta estoy seguro que Andy Warhol lo hubiera reemplazado por la imagen de su sopa Campbell. Los detectives cojonudos y salvajes es el sueño de una generación, llámese Infrarrealismo o Real Visceralismo, que escapó de las barreras del tiempo y llegó a nosotros con la furia y la sonrisa juvenil que tanto anhelábamos. Una obra que solo se puede escribir con un pie en el cielo y el otro en el infierno. Larga vida al gran detective chileno que tomaba café con leche y paseaba por las calles con su raído gabán. (“La universidad desconocida”).

9. Poesía completa (Luis Carlos López): A principios del siglo XX Yellow Hell City también tuvo su anti-poeta. El hijo de perra más genial y burlón que jamás volverá a caminar por estas calles. La poesía de Luis Carlos López es un puñetazo a la cara de toda la hipocresía del mundo. Sin ponerse con lloriqueos camina por las esquinas del infierno amarillo y ridiculiza la existencia tediosa de sus vecinos, y de paso mira su reflejo en las vitrinas y se caga de la risa. Él es el Juan el Bautista de esta ciudad, porque bautizó calles y rincones con la autoridad de su palabra. El Tuerto López es el propio iluminado, ya quisiera el Señor Underground de que este fuera uno de sus abuelitos. (“Posturas difíciles”).

 10. Pedro Páramo (Juan Rulfo): Solo diré esto, es un delito escribir en 159 páginas la obra más espectral y fantástica de la literatura Sub-americana. Nunca antes un escritor fue tan preciso. Lo que fue “el capote” de Gógol para la literatura rusa, lo es “Pedro Páramo” para las letras de este continente. Un libro-amuleto para enfrentarse a los dioses terrenales sedientos de sangre y muerte. (El llano en llamas).

11. Consejos de 1 discípulo de Marx a 1 fanático de Heidegger (Mario Santiago Papasquiaro): Este poema es un manifiesto. Este poema es un cuchillo y un corazón que se aman. Este poema es el mantra por excelencia de los desarrapados infrarrealistas. Papasquiaro es un sacerdote bajo el amparo de Quetzalcóatl, que recorre todas las manifestaciones de la historia y el arte con la pasión de un cristo de los arrabales, y construye un collage que pondría a bailar a Marcel Duchamp y a Francis Picabia. Solo los corazones sensibles se pueden acercar a su obra sin que el fuego del prejuicio y el canon los queme. Un poema para recitar a viva voz, fumando un cigarrillo sentado en la luna, mientras se contempla la destrucción definitiva de este mundo. (“Aullido de Cisne”).

12. Les Chants de Maldoror (Conde de Lautréamont): ¿Desconcertados? A los que no se explican el por qué esta obra se encuentra en esta lista, les sugiero ignorarme y continuar con sus vidas, a los que saben el por qué, espero que sonrían por este guiño extravagante. Los cantos son la obra definitiva que dio origen a los Sub-americanos. Un libro escrito en Francia, pensado y escrito en francés, pero 100% sub-americano. La lectura de esta inigualable blasfemia concede superpoderes a sus lectores, solo miren al Señor Underground. El libro definitivo que todos deben leer antes del apocalipsis, para así garantizarse un penthouse de torturas en el infierno. (Poesías).

 

Hacer listas e itinerarios es una pretensión de los hombres de razón que necesitan organizar y enumerar lo inabarcable del mundo. Siempre quedan fuera piezas fundamentales del rompecabezas. Todo cuanto conocemos de la historia es el prejuicio y el gusto de unos cuantos que tienen el poder. Yo solo tengo el poder de escoger lo que me gusta, en este caso, doce libros que me hicieron soportable la existencia. Pero nunca es suficiente, siempre quedo con la sensación de que no hago justicia a los miles de monstruos que me acompañaron con sus aventuras en las madrugadas de insomnio. Por esta razón volveré a cometer el gran error de seleccionar y haré una lista para el  gusto de mis alter egos lectores.

50 OBRAS SUB-AMERICANAS QUE TODOS DEBEN LEER PARA SOPORTAR EL TEDIO ANCESTRAL DE YELLOW HELL CITY

  1. Salamandra (Octavio Paz)
  2. Lo Siete Locos (Roberto Arlt)
  3. Los Días Terrenales (José Revueltas)
  4. Trilce (Cesar Vallejo)
  5. Los Cortejos del Diablo (Germán Espinosa)
  6. El beso de la mujer araña (Manuel Puig)
  7. El obsceno pájaro de la noche (José Donoso)
  8. El reino de este mundo (Alejo Carpentier)
  9. Antes que anochezca (Reinal Arenas)
  10. Poesía completa (Alejandra Pizarnik)
  11. La invención de Morel (Adolfo Bioy Casares)
  12. Dos o tres inviernos (Alberto Sierra)
  13. Contranatura (Rodolfo Hinostroza)
  14. Antropofobia (Gerardo Ferro Rojas)
  15. El policía de las ratas (Roberto Bolaño)
  16. Opio en las nubes (Rafael Chaparro Madiedo)
  17. El oscuro sello de Dios (Rómulo Bustos)
  18. Primero sueño (Sor Juana Inés de la Cruz)
  19. Solo para fumadores (Julio Ramón Ribeyro)
  20. La hija de Rapaccini (Octavi Paz)
  21. Incurable (David Huerta)
  22. Poesía completa (Raul Gomez Jattin)
  23. 5 metros de poemas (Carlos Oquendo de Amat)
  24. Canto general (Pablo Neruda)
  25. Cuatro años a borde de mí mismo (Eduardo Zalamea Borda)
  26. El luto humano (José Revueltas)
  27. Los lanzallamas (Roberto Arlt)
  28. Adán Buenosayres (Leopoldo Marechal)
  29. Bomarzo (Manuel Mujica Láinez)
  30. Obras completas (Andrés Caicedo)
  31. Animal tropical (Pedro Juan Gutiérrez)
  32. Poemas de la ofensa (Jaime Jaramillo Escobar “X-504”)
  33. Diario de la guerra del cerdo (Adolfo Bioy Casares)
  34. Bahía sonora. Relatos de la isla (Fanny Buitrago)
  35. El baile de las locas (Copi)
  36. Poesía completa (Aldo Pellegrini)
  37. Dichos de Luder (Julio Ramón Ribeyro)
  38. El libro de versos (José Asunción Silva)
  39. Veinte poemas para leer en el tranvía (Oliverio Girondo)
  40. Azul (Rubén Darío)
  41. Adiós a mamá (Reinaldo Arenas)
  42. Cartas del soldado desconocido (Pedro Blas Julio Romero)
  43. Los ejércitos (Evelio Rosero)
  44. Morada al sur (Aurelio Arturo)
  45. Timbres suenan (Luis Vidales)
  46. Canción de la vida profunda (Porfirio Barba Jacob)
  47. Kenacort y Valium 10 (Jorge Pimentel)
  48. Un par de vueltas por la realidad (Juan Ramírez Ruiz)
  49. Tranza poética (Efraín Huerta)
  50. QoXaHoMN “Glosolaliapatafísicaesotericoparanoicocrítica” (Ja, ja, ja)

 

 

14 agosto 2014

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(1981 o 1987). Agente patafísico en la ciudad imaginaria de Yellow Hell City. Fanzinero (re)negado en varios planetas del Multiverso. Fanático de los collages y los cómics de Grant Morrison y Charles Burns. Murallero crepuscular. El Amigo invisible de Rimbaud y Lautréamont.

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