Avec moi dieu-le-chien, et sa langue
qui comme un trait perce la croûte
de la double calotte en voûte
de la terre qui le démange. 

Antonin Artaud

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Perros callejeros de Yellow Hell City con sus hocicos benditos olfateando los andenes calientes al medio día. Moviendo el rabo como espadas angelicales a todos los transeúntes demoniacos que solo disfrutan sus hamburguesas de 2500 y el retumbar de las emisoras decadentes. Dioses hambrientos y apaleados en las plazas soñando con paraísos de carne y hueso que el karma les negó en esta reencarnación. Prófugos de las perreras y los collares, ladran a la noche invocando a la madre perra aniquilación. Felices a pesar del garrote y la patada del puto cabrón. Cientos de tardes me los he encontrado reposando en las esquinas, maquinando la revolución canina para alzar la pata y mear la Torre del Reloj, ese gran poste de tiempo que mueve a las hormigas humanas hacia su destrucción.

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Yo los he visto, yo los he acariciado, a los Perros misteriosos dentro y fuera del cochinero de piedra:

Perros  de la calle de la Moneda que miran las vitrinas y dialogan con los maniquíes. Exiliados de las boutiques y las zapaterías, se pasean como ignorados señores sin destino.

Perros sucios de la plaza Cervantes, quijotescas bolas de pelo que ladran a las llantas de los taxis, materialización subrepticia del uróboros de fuego.

Perros dormilones de la plaza de San Diego, promotores de la sonrisa maternal de los borrachos y los estudiantes. Pacha y Arequipe, dos perros de la quinta dimensión.

Perros comerciantes de la Matuna, testigos de la arquitectura y la miseria, degustadores de pellejos de butifarra con un sabor más enigmático que el de la eternidad.

Perros invisibles de la calle de la Amargura, espectros de tiempos mejores al lado de “Dos o tres inviernos”.

Perros pulgosos de Chambacú, que pintan con su maravillosa baba las nubes blancas de las 3 de la tarde y persiguen al  gato crepuscular que se lleva al sol.

Perros rabiosos de Olaya, hijos de Cancerbero, meones de la farola con un chopo y el retumbar “sabrosongo” del pick-up.

Perros proxenetas de la Bomba del Amparo, con cien putas, dos restaurantes de pollos, dos gasolineras y un trancón a las 7 de la noche.

Perros playeros de la Boquilla, que conocen el misterio escondido en el vuelo del alcatraz y comen espinazo de bocachico cuando suena el viejo tambor.

Perros estelares de Bazurto, reyes de Yellow Hell City con sus monstruosas costillas y pulgas último modelo, vagabundos de las carnicerías y las colmenas, dueños de la sabiduría popular de la avenida del Lago, el paraíso prometido de Jean Baptiste Grenouille.

 

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Perros callejeros de Yellow Hell City que odian el perfume y el collar de los domesticados hijos de perra de la aristocracia con pedigrí y con árboles genealógicos abonados con hipocresía y sufrimiento.

Perros chandas que son comprados por aquel circo para alimentar al tigre de bengala y al piojoso gato disfrazado de león.

Perros chandas de Yellow Hell City que mean y cagan los monumentos y muestran su dientes y gruñen, a las ollas sobre los balcones donde se hierve el aquelarre del apestoso turismo.

Perros sarnosos de Yellow Hell City a los que el distrito intenta eliminar como ratas cuando llega la caravana internacional de asesinos y diputados.

Perros caminantes bajo los rascacielos enanos, que como gigantes cárceles de concreto, esconden las manos de los vicepresidentes que bajan las bragas de sus secretarias.

Perros de Yellow Hell City que me han visto buscando desesperado el hueso inexistente de la felicidad y me han ofrecido el hueso de la indiferencia, pero yo he preferido el hueso venenoso de la amistad.

Perro, perros, perros… los verdaderos hijos de perra de este mundo. Inocentes como un niño a pesar del desprecio y la traición.

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Guau, guau, guau, guau, guau, guau, guau, guau,guau, guau, guau, guau, guau, guau, guau, guau, guau, guau, guau, guau, guau, guau, guau, guau, guau, guau, guau, guau, guau, guau, guau, guauuuuuuuuuuuuu!!!

Traducción: guremot wlopd qrkle xcutr asptlo ñkirt qmvsue dugrn zcuwr orfweijg ñdzut oudcbeas oqlmsy uvxfruñ erysatlo muzxdkerte mirdtyq astxok ougiuaxe gyhhinoy lshetr miryuwsdfu miyspnbo Öguyrtyyydoue!!!

Larga vida al perro calavera, rey entre los perros locos de Yellow Hell City. Bandido de la noche y el arrabal. Perro borracho amigo del Señor Underground. Perro Calavera, canino de nicotina, tu picha es un cigarrillo. Perro Calavera, invención infernal, mi amigo imaginario que ladra a los hervideros y me protege de la brujería de los chismosos. Perro Calavera eres el propio callejero Tales Boom!!!

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EL CHANDOXO VANGUARDIXTA

(Tragicomedia pirañista en un acto y seis escenas)

 

Una ciudad desconcertante que no es otra cosa que una perrera donde los perros se comen los unos a los otros para alcanzar el hueso maloliente llamado prestigio y comodidad.

Escena I: Una perra caminando por todos los rincones de la ciudad y una horda de perros de todos los tamaños, colores y razas, persiguiéndola y peleando entre ellos para merecer el mete y saca del pega pega.

Escena II: Un bus que atropella a un perro y continúa su camino como si nada. En la lejanía se escucha los aullidos agónicos del animal.

Escena III: Un carnicero borracho. Un perro comiendo un hueso. Un puntapié a la cabeza del animal. Un ojo en el pavimento.

Escena IV: Un perro y una perra apareándose pegados. Dos adolescentes echándoles agua fría para que se despeguen (hijos de ramera).

Escena V: Un hombre escribe cuentos. Se levanta temprano cada día. Toma café. Dueño de una disciplina espartana. En su cocina no existen ni las moscas ni las hormigas. Nunca ha tenido mascotas. Tiene un corazón gigante pero no ama a los animales. Todos sus amigos lo llaman y lo llamaran: ¡mataperros! ¡matagatos! (Jajaja)

Escena VI: Un perrito frespuder con un collar rojo es llevado por su dueña. Pasan junto a un perro flaco que muere de hambre. El frespuder le ladra. El famélico chandoso se abalanza sobre él y le da una lección. El frespuder y su dueña chillan como una perra. Un individuo x saca un palo y lo descarga sobre la cabeza del animal. Todos ríen y comen helado. El hambriento muere en un callejón.

Se cierra el telón y vemos aparecer un perro gigante como Gargantúa  alzando la pata y meando al público y al tonto lector.

 

07 agosto 2014

Sr Underground

Fotos: Sr Underground

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(1981 o 1987). Agente patafísico en la ciudad imaginaria de Yellow Hell City. Fanzinero (re)negado en varios planetas del Multiverso. Fanático de los collages y los cómics de Grant Morrison y Charles Burns. Murallero crepuscular. El Amigo invisible de Rimbaud y Lautréamont.

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