El terror y la sangre han mantenido una danza macabra desde tiempos inmemoriales, luciendo bajo los reflectores como la dupla que ha inspirado a tantos escritores y guionistas que la cultura popular ha visto ascender y desaparecer en la inmensidad del mercado, el éxito y los abismos tras la fama.
Entre la amalgama de formas que el terror puede llegar a tomar al momento de convertirse en material para las pesadillas, puede que el género conocido como “Slasher” sea una de las más conocidas y frecuentadas por el público.
Qué otro elemento podría unir de mejor forma a una poco o muy elaborada trama con un colorido grupo de personajes que la persecución por parte de un asesino o grupo de asesinos cuyas motivaciones se revelan poco a poco hasta el clímax, en el que la vida de los sobrevivientes se debate con la duda de si resultará mejor luchar o escapar, sin dar cabida al pensamiento sobre el final más probable, perecer a manos del homicida.
Desde clásicos de culto como las matanzas por mano de Jason Voorhees de la franquicia Viernes 13 y las cacerías sin tregua de Freddy Krueger en los mundos oníricos de Pesadilla en la calle Elm, hasta propuestas actuales tan ambiciosas y extrañas como han sido las películas de Winnie The Pooh: Sangre y Miel o la festiva y sangrienta Viernes negro, el Slasher se ha cultivado como uno de los subgéneros más prolíficos y consumidos por los fanáticos del cine de terror.
Desde unos años atrás hasta el presente, un nuevo competidor intenta escalar hasta el podio de los asesinos más emblemáticos en la historia de las películas Slasher. Una figura que, entre tintes del Guasón y Pennywise, logra cometer los más horribles y sanguinarios actos en pantalla, horrorizando e impresionando a cualquiera que tenga la curiosidad o el morbo de aventurarse en la oscuridad de las salas de cine.
Se trata de Art el Payaso, el retorcido antagonista de la franquicia Terrifier, la cual es blanco de especulación y controversia una vez más debido al estreno de su más reciente entrega, Terrifier 3. Un desfile de sangre y humor que ha provocado asombro y repulsión en gran parte de la audiencia que ha tenido la oportunidad verla desde el pasado 31 de octubre. Pero, ¿realmente la película es el origen de tal terror? ¿Las apartadas de mirada y salidas de las salas por parte del público están realmente justificadas por el horror de la pantalla? Y, ¿cuál es la fórmula que ha seguido Terrifier para ser considerada como una de las franquicias del género Slasher más populares de los últimos tiempos?
De asesino desquiciado a demonio en la tierra
La saga de Terrifier comprende tres películas hasta el momento, las cuales han ido acumulando un éxito considerable desde su primera entrega, Terrifier (2016), pasando por su segunda parte estrenada en el 2022, hasta llegar a su más reciente apuesta en el 2024.
Todas y cada una han sido protagonizadas por la sádica presencia del emblemático Art, también conocido como “el payaso del condado Miles”, quien ha encontrado a un vehículo perfecto para su interpretación en la persona que le ha dado vida en cada una de las entregas, el actor David Howard Thornton.
Por su parte, la trama de las cintas no distaba mucho de cualquier premisa propia de un filme de terror clásico. Un par de protagonistas, en la mayoría de las veces mujeres, que por descuido se topan con el perturbado de turno, convirtiéndose así en el blanco principal del mismo, quien les da caza hasta el clímax del filme, teniendo entre medias a las más cruentas y descabelladas secuencias de asesinato para todo el elenco de personajes secundarios que suele incluir desde policías hasta parejas desprevenidas que mueren al dejarse llevar por el deseo.
Si bien la primera película reproduce esta fórmula del Slasher clásico a la perfección, lo que se anunciaba como una historia de asesinatos en Halloween rápidamente se torna en una apuesta paranormal que involucra fuerzas demoniacas, heroínas inesperadas y mucho pero mucho gore.
Desde el final de su primera entrega hasta la más reciente, el director Damien Leone les ha presentado la idea a sus fanáticos de que el carismático Art se ha convertido en algo más allá de lo humano, siendo ahora un asesino inmortal que es ayudado y “patrocinado” por una entidad proveniente de los círculos más profundos del infierno.
Tomando varios roles a lo largo de las películas, como la pequeña niña pálida (Amelie McLain) de Terrifier 2, hasta su más reciente encarnación en el cuerpo vacío y deforme de Victoria Heyes (Samantha Scaffidi), única sobreviviente de Terrifier, el ser demoníaco acompaña a Art en sus matanzas para dotarle de inmortalidad, así como para conseguir a una persona cada vez más adecuada para convertirse en su nuevo vehículo en la tierra.
En esta tercera parte, Art regresa para dar caza a Sienna Shaw (Lauren LaVera), la sobreviviente que, desde Terrifier 2, demostró ser la única capaz de darle pelea, e incluso muerte, tanto a Art como al demonio que le acompaña, todo por ser la elegida de la fuerzas del bien, las cuales, mediante su padre, un dibujante de cómics, le enseñaron su destino tras presentarle a un personaje inspirado en ella, un ángel guerrero. Dicha revelación le conferiría habilidades de las que haría uso en un futuro para librar la batalla contra el mal, como fuerza, regeneración y la capacidad de blandir una espada mágica que puede herir a los seres demoníacos.
Aparte, más allá del clásico escenario oscuro y tétrico de la temporada de Halloween, Terrifier 3 se desarrolla cinco años más tarde de la masacre del condado Miles que aconteció en la segunda entrega, teniendo como contexto la aparentemente inocente y feliz víspera de navidad, una época en la que todo lo macabro y retorcido reinará por sobre la paz y la armonía.
Una comedia teñida de rojo
Más allá de cualquier pensamiento polémico o controversial que pueda despertar, Terrifier 3 es una atractiva y peculiar adición al subgénero del Slasher, igual o más sangrienta que sus antecesoras, la cual conserva la esencia que ha aportado al cine de terror desde las primeras apariciones de Art el payaso en películas como The 9th Circle (2008) y All Hallows’ Eve (2013) hasta su propia y aún vigente franquicia de Terrifier, todos proyectos del director Damien Leone.
El cinismo en cada gesto burlesco que el retorcido payaso hace mientras acaba con sus víctimas, los litros de sangre que salen despedidos hacia la cámara, los cambios rápidos de cuadro entre el rostro del homicida y las heridas que inflige, las aberrantes puestas en escena que muestran las formas más despiadadas en las que se puede destrozar un cuerpo humano y más son los detalles que hacen de esta historia única a su manera. Por ello, la franquicia podría convertirse en una de las joyas del género Slasher más recordadas de cara a un futuro cercano.
La comedia y la sangre son dos elementos que han seguido a Art durante su camino en el cine de terror, debido a su característica naturaleza sádica y despreocupada combinada con un sentido del humor retorcido que, a pesar de la matanza, logra provocar algunas risas en los espectadores que disfrutan de sus cómicos gestos, expresiones faciales y movimientos de manos los cuales, frente a la ausencia clara de una voz o diálogos, logran dotar al personaje de una identidad marcada, tal como ocurría en el pasado con el personaje de Jason Voorhees, quien siempre actuaba con un inquebrantable y cortante silencio, elemento que lo volvía impredecible y ciertamente más amenazante.
Así mismo, entre el gore y la depravación, subyace una historia en la que las fuerzas del bien y el mal que se baten más allá de nuestro plano logran llevar su conflicto a la tierra, encarnando las personalidades de un homicida que encuentra humor en el acto de matar y una joven inexperta que, sin desearlo, debe cargar el destino de la humanidad en sus hombros como una salvadora que enfrenta a un mal salido directamente del infierno.
Lo anterior describe la esencia de la saga Terrifier, la cual se prepara para una próxima entrega que, probablemente, sea la última de la franquicia. Una esencia que, de una u otra forma, comparte con sus antecesoras, The 9th Circle y All Hallows’ Eve, en las que ciertamente el suspenso y el terror primaban sobre las matanzas exageradamente sangrientas y burlescas.
A modo de curiosidad, ronda la teoría en los confines del internet que las películas de Terrifier, al menos las dos primeras, podrían ser una precuela de All Hallows’ Eve, puesto que en esta última Art el Payaso aparece como un personaje dotado de poderes y demás habilidades sobrenaturales, las cuales no poseía en Terrifier de 2016, siendo en ese entonces un asesino igualmente desquiciado pero que seguía siendo humano hasta el final de la película, momento en que es revivido por la entidad demoníaca que le acompañaría hasta su masacre más reciente.
¿Al nivel de los grandes?
Al pensar en asesinos de películas de terror pueden venir a nuestra memoria imágenes de personajes icónicos del género, los cuales se han quedado grabados en la historia de la cultura popular debido a lo extraño de sus historias de origen, lo increíble de sus capacidades físicas o sobrenaturales e incluso por lo icónico de sus formas de matar.
En cuanto a la capacidad de cometer numerosos crímenes sin un motor moral ni miramientos, fácilmente podemos relacionar a personajes como Jason Voorhees, Michael Myers de la saga Halloween o al asesino Leatherface de las películas de Masacre en Texas, los cuales han quedado inmortalizados en la memoria de la pantalla grande por lo cruento de sus actos, sus formas de cometerlos, los traumas o razones que los llevaron convertirse en asesinos y la ausencia de cualquier atisbo de moralidad o consciencia frente a los horrores que protagonizaron en sus respectivas franquicias.
De igual forma, al pensar en personajes que más allá de un hambre de homicidios nacida de una humanidad corrompida, son recordados por lo peculiar de su existencia, mayormente relacionada a las artes oscuras o a fuerzas sobrenaturales, pueden regresar a la mente nombres como Chucky, el muñeco diabólico de las películas de Child’s Play, los Cenobitas de la saga Hellraiser o el terror que habita el mundo de los sueños, Freddy Krueger de Pesadilla en la calle Elm.
Al entender esto, es posible concederle a Art el Payaso un visto bueno en cuanto a presencia como una figura aterradora en el mundo de los filmes Slasher, ya que ha logrado condensar en su persona una imagen que es recordada por millones de espectadores debido a lo cruel y gráficos que resultan sus actos, así como por la relevancia narrativa de su origen, el cual gira en torno a lo sobrenatural y demoníaco, logrando dar vistazos a una guerra entre las fuerzas primordiales del bien y el mal que va más allá de la simple idealización de un asesino que persigue y da muerte a sus víctimas.
Es por las anteriores razones que la franquicia de Terrifier es una de las grandes candidatas y favoritas para convertirse en una verdadera joya del cine de terror y del subgénero Slasher de los últimos tiempos, la cual cuenta con un antagonista digno de entrar en cualquier top de asesinos más peligrosos del cine, y que carga consigo una historia que bien podría haber salido de un cómic o libro de terror, pero que finalmente escogió como medio para ser contada a la pantalla grande.