No hay que hacerse ilusiones
sobre tibios colchones
de algodón y seda.
La vida que nos queda
puede servirnos para
vencer. Y cara a cara
y contra la corriente
tenderemos el puente
de ribera a ribera…
Después, sin un suspiro,
disuelta la quimera,
nos pegamos un tiro.

 Luis Carlos López
(Así habló Zaratustra)

I

  

NABUCODONOSOR

Fui de Constantinopla a Saturno
Temeroso de la verdad
Llevando entre mis dedos
El aliento moribundo del rey Lanza-cuchillos
Compartí mi pan con los vagabundos del oeste
Dormí bajo los pies de sal de la mujer de Lot
Y escribí una carta
Para el último mago que vivió en Babilonia
Todo esto antes del alba
Antes de la historia inventada de la humanidad
Pero al otro lado del tiempo
Donde tu boca y la mía son un beso
Una noticia aguardaba mi llegada
Porque a través de Júpiter y Venus
Los pájaros  habían olvidado su vuelo
Y el tiempo, ese viejo testarudo
Había muerto en el reloj.

Ahora, sentado en la llamas de Alejandría
Descubro el porvenir en las cenizas
Mientras la cobarde geología
Le da espacio a la infame evolución.

NO IMPORTÓ Y NO IMPORTARÁ

¿A donde irá a parar toda la poesía?
¿El salto que dimos al vacío?
¿Los puños después del amor?
¿Debemos conformarnos como perros
Con el hueso pelado de la realidad?

¿A dónde irán a parar las miradas
Del niño enamorado o del viejo vagabundo?
-Sépanlo de una buena vez:
Solo hay una mirada
Solo hay un gran parpado de araña
Percibiendo el mundo a través de nuestro ojos-

¿A dónde irán a parar las visiones
Que no supimos nombrar
O que simplemente ignoramos
Por ir mirando el espejismo carmín
De una mujer desnuda arropada de negro?
-Pedid perdón por esas visiones menospreciadas
Que pudieron ser el origen de un nuevo mundo-

¿A dónde va a parar el telar del artesano
Hecho con los hilos de cada plegaria no respondida
Junto al fuego que se apaga en la lluvia?
Como las caricias compasivas de la muerte en este sufridero

¿A dónde va a parar el desasosiego de esta expresión
De esta melancolía
De esta soledad?
¿A dónde irá a parar esta idiota incertidumbre?

 

DE CARNE Y HUESO Y SOLEDAD SIN AMOR

Estoy celebrando esta resaca
Después de arrojar mi corazón
A los pies de una hermosa prostituta.
Le preguntó a mi amigo
“¿Por qué está tan serio?”
“Ella quiere saber por qué estás tan serio”
“No pasa nada, estoy normal”
Ella sonrió mientras bebía de su copa
El estruendo de la música y las luces fluorescentes
Me hicieron pensar en el silencio y la oscuridad de la morgue.
Miré sus tetas, su boca y sus ojos
Ella no tenía nada que perder
Dentro de poco sería dueña de los billetes de mi amigo
Una entrada y una salida
Una ducha y la vida como si nada

Su piel estaba llena de caricias solitarias
Besos trasnochados
Y orgasmos prematuros

Era la más hermosa de ese infierno
Se la señalé a mi amigo al verla salir por una puerta lateral
“¡Es lo más hermoso que he visto esta noche!”
“¿Cuál?”
“Esa que ríe sola mientras mira las luces”

¡La miró y se enamoró!
¡Yo me enamoraría días después!

Cervezas
Miradas
Otras putas en otras mesas
Otros borrachos iguales a todos los del mundo
Jamás iguales a nosotros:
¡Los reyes nebulosos con la ramera más hermosa del cabaret!
Nadie se ha enterado del alto precio del amor
Ni comprado ni regalado
El placer no da puntada sin dedal
Muerte y soledad

¡Maldita mujer!
No quiero imaginar mis cien muertes
Si esa esa noche te hubiera hecho mía

Ahora te pienso…
Estrangularía al mundo entero
Solo por una de tus miradas
¡Maldición!
¡Me he vuelto a enamorar de lo imposible!

¡Salud!

 

MEMENTO

En un rincón no muy lejos de mi indiferencia, se queman todas las estéticas que abogaban por un mundo mejor.

Del otro lado, sobre la arena del desierto o del mar, yace deshojado el libro de las certezas.

En el horizonte un pájaro llamado conciencia es desplumado por las manecillas filosas de un reloj que marca las seis.

En medio de todo, un hombre desnudo se mira en el espejo por primera vez, su reflejo no es otro que el caos del universo: La piedra preciosa del ser.

 

CAVERNÍCOLA

Los poemas salvajes, amada mía
Los que se escriben en medio de una balacera
O en una Hiroshima del ser
Esos que fueron precedidos
Por altas dosis de paranoia y desesperación
Los poemas sin formulas y sin testigos
Que agonizan misántropos en papeles arrugados
Saltando sobre verjas electrificadas
O corriendo por campos llenos de carteles sangrientos que dicen:
¡Cuidado con el perro sarnoso de la realidad!

Los poemas rabiosos, amigo mío
Esos que apestan a crepúsculo y amanecer
Mientras afuera se escucha una explosión
De mil corazones cobardes
O las frases sueltas tiradas como un jarrón
Contra la puerta del Entendimiento y la Razón.

Todo esto para no dar detalles
De las nuevas artillerías mata-soñadores
Y las disecciones exhibicionistas del amor.

Los poemas insobornables
Que no olvidan su origen remendado
Y ahora no andan por ahí
Contando hazañas que jamás vivieron
Tampoco juegan al inquisidor
Montados en autos de fe último modelo
Que solo saben destruir y juzgar.

Los poemas de fuego, inolvidable desconocida
Arrasando con millones de lectores
Dejando una hermosa ceniza alrededor del mundo
Parecida a una escharcha mágica
Que le da un nuevo sentido al existir
Por encima del poeta y las estéticas de salón.

Los poemas vagabundos, existencia mía
Montados en motocicletas sin frenos
A mil por segundo
A la velocidad loca de los sueños
Sin licencia
Sin luces
Con la brisa despeinando sus cabelleras
Felices en la compasiva ignorancia:
Desconociéndose poemas
Y auto-bautizándose “Expresión sincera del alma”
En una carretera en descenso
Llena de curvas y acantilados
Sin señales de transito
En un paisaje donde todavía existen los dinosaurios
Los poemas, los poemas…
En una carretera a la que muchos
Desearían llenar de peajes y retenes.

Los poemas, los poemas…
Los poemas, alma mía.

 

II

 

OTRA DE MIS MUERTES

Se fueron todas las palabras
Ahora soy un niño tartamudo
Intento atrapar al mundo con mímicas
Con gestos dolorosos
El jardín de las posibilidades se secó
Un rosal de poemas se marchitó en mis manos
Solo me queda la memoria de su imprudente perfume

Estos silencios prolongados
No son más que mi nueva forma de protestar
Mi  vergüenza que no pretende ser disculpada

Con todo un universo que cantar
Pero sin el impulso vital que se necesita para recitarlo
La culpa no es de las palabras
Es de mi quebrado corazón que ya no puede contenerlas.

 

DOLOR DE CABEZA

Madre te pido perdón
Por ser un genio incomprendido
Por tener sueños que no son rentables
Por tirar tus consejos en saco roto

¿Mamá, afuera está nevando
O es solo mi imaginación?

Padre te pido perdón
Por odiar a los que aman trabajar
Por creer que me parí a mí mismo
Por no ser como tus ancestros

¡Papá, a algunos pájaros
Jamás se les debe enjaular!

Después de 28 años
He sacado el valor
Y los he reunido en este poema
Para pedirles perdón
Para decirles –No me siento orgulloso por esto-
Que tiré el frasco de las pastillas por la ventana
Y que cualquier esperanza de escapar de esta migraña
Solo se encuentra en la muerte o la resignación

¡Lo siento mucho, Ma!
¡Lo siento mucho, Pa!

 

AÑO-LUZ

Mi mujer está lejos
Mis padres están lejos
Mis amigos están lejos
Mis hijos están cerca
Yo estoy aquí.

 

LO IMPORTANTE

Lo que permanece aquí conmigo
Lo que circula en mi sangre
Lo que baila en mis huesos
Lo que duerme en mi cabeza
Lo que nace en mi lengua
Lo que habita en mi uñas
Lo que flota en mi pestilente aliento
Lo que desaparece en mis bolsillos

Todo lo que soy.

EL SEÑOR UNDERGROUND
La imagen de la portada fue tomada de la obra de CHRIS LEIB.

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(1981 o 1987). Agente patafísico en la ciudad imaginaria de Yellow Hell City. Fanzinero (re)negado en varios planetas del Multiverso. Fanático de los collages y los cómics de Grant Morrison y Charles Burns. Murallero crepuscular. El Amigo invisible de Rimbaud y Lautréamont.

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