Solo yo poseo la clave de esta farsa salvaje
Arthur Rimbaud

Nota: vayan directo a los poemas y luego lean esta fanfarronada.

Odio las antologías. Pero ya todos saben que odio muchas cosas. Odio las antologías. Son tan innecesarias como los zapatos de tacón. Solo las leo cuando es muy complicado conseguir la obra de un autor o cuando este mismo hace la selección. Les editoriales crean esperpentos literarios según las necesidades programadas de los consumidores: Antologías de poemas de amor, antologías de cuentos de terror, antología de poemas eróticos, antología de nada para nadas descerebradas con dinero para gastar. No confío en el criterio de ninguno que no sea el creador. Los intermediarios siempre me han parecido alimañas interesadas que ignoran el sacrificio de soñar, crear y morir (no olviden que el autor también es una alimaña despreciable). Sino es la obra completa, no voy animarme, pero el mundo se nos da a pedazos y es pretencioso no leer a un cabrón cuando tan solo te llegan de él pequeñas y dudosas antologías.

Debo reconocer que muchos grandes lectores se iniciaron con pequeñas y polvorientas selecciones de cuentos o poemas. Eso le da un punto a favor a los libros de selecciones, pero es imperdonable que después de varios años, un lector adulto las continúe leyendo. Mi consejo es que no lean antologías, sino que vayan y busquen hasta el fin del mundo la obra tal cual como la publico el autor. Podríamos pasar toda la vida leyendo según los prejuicios y límites de otro, mientras la obra original es ignorada.

Este texto es la evidencia absoluta de que me voy a convertir en una de esas alimañas intermediarias entre el autor y los lectores.  Sé que todo lo que diga será usado en mi contra, pero esta antología es un regalo que el Viejo Underground le quiere hacer a todos los que aún no conocen la obra de cierto poeta que camina por las calles de Yellow Hell City. Los poemas de un tipo testarudo y genial con una buena estrella que resplandece más que el sol. Los que ya lo han leído, aquí se los vuelvo a presentar, si quieren hagan caso omiso de mis palabras y sigan el consejo de la nota al inicio, den el gran salto a los poemas, a fin de cuentas por hoy solo soy una alimaña intermediaria (Si yo fuera ustedes me saltaría todo estos párrafos e iría directo a la antología).

***

La verdadera belleza siempre nos roba una lágrima, una sonrisa o un extraño temblor. La verdadera belleza llega sin avisar, tanto para el que le da forma, como para aquel que la percibe, y aunque son dos procesos en apariencia diferentes, están enlazados por el conmovedor silencio de encontrarnos sin mascaras dentro de nosotros mismos. La belleza, específicamente esa que se produce en el contacto con ciertas obras de arte, hace que se estremezca nuestro mundo y que por un instante cuestionemos la vulgaridad de nuestros actos. La belleza…

***

En las últimas semanas he estado a punto de ir al trabajo de mi amigo Hailher Salcedo a patearle el culo por despistado. El muy cabrón sabía que tenía que mandarme los putos poemas de su libro inédito “Evangelio de una destrucción”, pero entre una cosa y otra se le había olvidado.

-Hey ¿Quieres que me opere y me ponga coño y tetas?
-Ja ja ja ¿Para qué vale?
-¡Para que me prestes atención y me mandes los puñeteros poemas!
-jajaja
-jajaja

La risa es el antídoto para no salir con un cuchillo y una metralleta a la calle a rebanar el cerebro de todos.

-¿Qué vas hacer con los poemas?
-Ya te lo dije…
-Vuelve a explicarme… tengo sueño.
-Ve a dormir.
-Primero explícame.
-Voy a hacer una puta selección, voy a colocarle un puto título, voy hablar de nuestra puta amistad y cuando todo esté listo, lo voy a lanzar al puto mundo como si fuera una puta granada.
-Bueno, ahora si me puedo ir a dormir tranquilo.
-Duerme puta chupona
-Jajaja
-Jajaja

***

Llegará un momento en que cuando hablen de los grandes poetas de Yellow Hell City, tendrán que mencionar a Hailher Salcedo. Para nadie es un secreto que los poetas cojonudos del Infierno Amarillo son Luis Carlos López, Jorge Artel, Raúl Gomez Jattin, Pedro Blas Julio Romero, Rómulo Bustos, algunos de las nuevas generaciones  e indudablemente mi desventurado amigo, el único poeta que conozco capaz de hacer lasaña en fogón de leña (maravillosa Gorroplería Jajaja).

Lo conocí en la universidad hace seis años, en un mugriento salón de clases donde compartíamos la indiferencia por la fonética, la morfología y la cháchara académica de los humanistas deshumanizados. Como siempre, el cigarro, el vino, la tarde y las palabras se confabularon para que dos mutantes se unieran en una conspiración contra todas las conspiraciones de esos años. Le dije a La Señorita Maldoror, mi novia por ese entonces (hoy, la madre de mis pequeños monstruos iluminados), “este cabrón es único, su vitalidad y nobleza me recuerdan a las de mi hermano Arthur Rimbaud, veras la sorpresa que les dará a todos”. Fue por eso que, dado mi defecto de rebautizarlo todo con gotas de vino o ron, lo llamé “El pequeño Rimbaud”, para exaltarlo y recordar que su amistad me brindó ese sentimiento del “todo lo puedo” y “todo lo soy”, que la obra de Rimbaud había despertado años antes en mi adolescencia.

Es increíble ese universo poético y la bondad en un hombrecito impulsivo que no le niega a nadie una lágrima y una risa en el instante preciso en que todo pareciera que pierde su razón de ser. El tipo de la carcajada chistosa y bullera que siente el dolor del mundo como la pasión de un cristo que bebe vino, cerveza, ginebra, tequila, whisky y ron (¡Sírvanle otra botella de Ginebra por favor!).

Por otro lado es innegable el puñetazo que sus poemas pueden dar al lector. Una mezcla de inocencia y furia que iluminan los rincones más oscuros del sentido común. Al leer su obra debemos despojarnos de todo cuanto creemos que es el mundo, para que las palabras nos lo muestren en su estado más primigenio, como si fuera la visión de un niño que reconstruye el universo según les leyes intimas del soñador, sin las pretensiones ambiciosas de la velocidad. Poemas que siguen vibrando en nuestro interior segundos después de leerlos, como si un secreto de la realidad se nos hubiese confesado. Algunos más desgarradores que otros en la desesperación, la locura y la soledad, pero todos, dueños de la belleza inefable que palpita en el universo.

El lector no sabrá de las cientos de aventuras y rollos que hemos vivido con el resto de la pandilla. Quisiera contar algunas anécdotas e invitarlos a un cigarrillo y a una cerveza, pero no suelo disfrutar compartir mi cigarrillo, mis amigos lo saben, y la cerveza deberían mandarlas ustedes, serán los privilegiados al escucharme.

Esta es una amistad que ha pasado las duras y las maduras, pero siempre acompañada de libros, risas, botellas, colillas, manjares, lágrimas, abrazos, juramentos y peleas (tenemos un record mundial en no dar el brazo a torcer y dejar a todos petrificados al enfrentarnos y e insultarnos). Creo que todos deberían en alguna etapa de su vida tener un amigo Pequeño Rimbaud, es decir, un amigo-niño-incorregible que les dé un vuelco desde el inicio para que si a mitad de camino todo se jode, se tenga un hermoso recuerdo de guerras y borracheras vividas (y esto también va para Hernán Grey, el narrador por antonomasia, el titán del alcohol impredecible, El Señor Bomba-de-Tiempo, otro demente-hermano con el que ir a la III Guerra mundial del arte).

Cuando El Señor Underground se pone emotivo, no es porque sea blando, sino porque está mostrando (putos chismosos) una parte de su constante sentir. El mundo de los hombres es pura emotividad, un estado de ánimo que preferimos ahogar con mentiras y conceptos para mostrar a los demás que somos los más fuertes (no hay pendejada más grande en este mundo).

Todos los poemas de Salcedo llevan una alucinógena corona de laurel, pero son dos los que por razones muy personales llevo en mi cabeza como si fueran hermosos mantras para meditar en las horas muertas. Uno es “la Rosa Oculta” y el otro “Pesadilla vista desde los ojos de un gato”. El primero abre  esta antología, aunque debería estar cerca de la mitad, y vibra como un Big Bang. El título del segundo hace referencia a una pesadilla que le conté a Hailher y que se relaciona estrechamente con la mirada de mi gato Lili. Es un poema largo (un poema Babel) el cual escribió en menos de media hora en uno de los pasillos de la universidad después de una gran conversación que tuvimos y de la que ninguno de los dos salió ileso. Esta pieza es una obra maestra que considero todos deben escuchar de la voz del poeta. El autor la consideraba perdida, pero en mi baúl conservaba la primera y única copia que sacó para leerlo en un recital (duró ahí guardado 3 años. Hace un mes se lo regresé con mucho cuidado, como si fuera un pergamino mágico en el que se encuentra la salvación de la humanidad).

La antología  que sigue a continuación lleva más o menos la secuencia de los primeros y último poemas que el autor  escribió entre el 2011 y el 2014 (su poesía ha continuado  evolucionando acercándose a la madurez). Algunos de estos poemas han aparecido en revistas, otros salen a la luz pública por primera vez. Esta antología  es personal y el poeta no tiene que estar de acuerdo con nada de lo que he escrito  y seleccionado (me importa un pito).

 

PESADILLA VISTA DESDE LOS OJOS DEL  POETA

 

LA ROSA OCULTA
Dónde se encuentra la salvación
La rosa oculta
La búsqueda incansable del hombre
Entre parpados cansados de sueño
Entre negros cabellos del amanecer
Todos buscan salvarse
Entonces la vida no es más que un infierno
Una condena a la que se nace
Envueltos en circo y espanto
Entonces la vida no es más que un dolor
Un pájaro sin alas
La rosa oculta

 

CONSEJO
Ponte los zapatos al revés
Camina como el diablo
En sentido contrario de los astros
Ve en busca de lo extraño
Olvida las frialdades del mundo
Y su soberbio canto de engaños

 

ULISES

                              A  Hernán Grey

Un hombre zarpó a la aventura
Desafiando a cíclopes
Y sirenas cantoras
Descubrió desconocidas islas
Pero ninguna atrapó el encanto
Por el cual su corazón ardía
Tal vez  el hechizo de las sirenas
En su dulce melodía o cruel silencio
Le hubiese  dado mayor fortuna
Que naufragar en negros mares
En busca de una Ítaca perdida

 

VOLAR

No solo en los cielos
También en los abismos
En los sufridos infiernos del corazón
Pero volar
Como ave sin alas
Igual al que sueña despierto

 

KAFKIANO

Un hombre despertó un día
Convertido en una cucaracha
No fue menos entonces…
Hay noches de horrendas cucarachas
Jugando a ser dioses

 

MADERA EN FUEGO

                                A Jair Buelvas  

Un vagabundo
Corre por calles de hambre
Con sed
La sed que por sus venas se disuelve
No es sed de hombre
Es de gato
De pájaro quemándose en la luna
De madera en fuego
De fuego en lluvia
Sed de palabra
De labios rotos

 

CASTILLO DE ARENA

Un niño levanta castillos de arena
Mientras una sonrisa se dibuja en el alma
Inspirado por cuentos y fábulas viejas
Que no le contaron…
Del roce amargo del agua

 

PRONTO

Emprende el camino
Que conduce al alma
Salta a ciegas al vacío
De ti mismo
Antes que el mar
Se lleve tu cuerpo  desnudo
Y grites a la noche
Y no se rompa nada

 

UN SOLO CUERPO

Un  solo cuerpo
Para incontables infiernos
Infinitas muertes
Así como un sol para la vida
Un  solo cuerpo  para tantas voces
Y un solo camino
Hacia la noche
Que se derrumba

 

LA SEMILLA DE LA ILUSIÓN

Siembra la semilla de la ilusión
Siémbrala en el cielo de tus dioses
Ahora que lloran un amor de palomas azules
Antes que el fuego consuma las miradas
Y se pierda la bondad del  bosque

 

EL GALLO ESTÁ MUERTO

Los jardines de hoy son flores de sangre
Bajo la música del canto y el ahogo
El gallo está muerto y su grito es mudo
El aviso del día lo da el disparo
Y el aleteo de aves que huyen

 

CIUDAD

Cuantas sombras
Ondulan en tu rostro de ruinas
De grietas y palomas
De silencio que rompe con un disparo
Y el aleteo huido de la lluvia
Cuanto amor imposible se derrama
Como la sangre en la piel del crimen
Y yo haciendo el papel del homicida

 

EBRIO DE AMOR

                                      A mi padre

Gritos se ahogan en la cantina
En el fondo de la botella que no tiene fondo
Estas atrapado y la sed te devora
El amor que es sombra te pide un trago
La dolorosa risa
La canción del recuerdo
La imagen de ella en el vino
De fuego consumiéndote estás ángel
Quemando tus alas
Apagando la luz de tu boca
Pero quién  se atreve a  condenarte
Si el amor se  ha ido

 

MUJER EN SU MAQUINA DE COSER

A mamá

La mujer está sentada ante  su máquina de coser
Inventa colores
Sueña arcoíris
Flores del jardín oculto
Piensa en la existencia y en lo efímero
Mira a dios como una tarde azul
En la que ha derramado muchas lágrimas de días rojos
Noches que parecen cadáveres
Sobre almohadas de vacío y túneles de pesadilla
Pero ahora la mujer está sentada
Tejiendo colores
Bordando arcoíris
Inventando palabras que besarán el cielo

 

LAGRIMAS QUE NO FUERON

Mi abuela no cree en dios
Pero como todo ser cree en algo
Ella le reza a la lluvia
A los arboles
Al rayo
Ella piensa que los muertos nos cuidan
Pero tal vez dios sea todo esto
Aun como la nada
Tal vez dios sea ella
En su retrato de flores apagadas
Y lágrimas que nunca fueron

 

ATAÚD DE LÁZARO

Han matado una mariposa en mis venas
A un pájaro
A lo que canta
A lo que calla
Han sembrado circos de dolor
Han dibujado  los rostros del mundo
El rostro gris de la ausencia
Del caminante con su perro
Del ángel muerto en la carretera
De la anciana que vende naranjas
Con ojos  de niño hambriento
Como si aún quedara esperanza
En el humo amarillo que cubre la tarde
Como si aún quedara esperanza
Tratando de romper los cristales
Como si aún quedara esperanza
Gritando tras las cortinas
Despierta
Levántate
Camina

***

                                  A Paloma,

creadora de hermosas casualidades
 Estas en el sofá desnuda
Esperando la caricia del puñal
El sueño de la cuerda
El corte de tus bosques
De tus sombras
Estás tan desnuda
Que las tristezas se te ven
Como se ve en el café de tus ojos
Una lluvia de animales muertos
Desnuda para mí y lloro
Al ver las arañas de tus venas
El color de tu vacío

***

Siempre hay un fuego
Y una ventana desde donde se mira ese fuego
En un mundo vestido de noche
Hemos intentado apagar esas llamas
Con nuestras lágrimas
Con el golpe de nuestros huesos

***

Algo palpita en la nada
Rugido de tigre
Mezcla de sangre y viento
Somos susurros en la piel del olvido
Moscas volando entre los muertos

***

El amor muere en el blanco hospital
Recibiendo flores de electroshock
El amor es un eterno coma
Una ventana sin cortinas
Papel roto meciéndose en la noche
Buscando los destellos de tu voz
Pero callas
Callas con un silencio de cuchillo
Como si tu boca estuviese cocida por alambres
Como si fueras Dios

***

El mundo es un lugar cruel
No por las paredes en ruinas
Donde se pintan retratos
Sueños y pesadillas alucinaciones y demencias
No por las alcantarillas donde crecen las flores
No por las lunas esparcidas en los charcos
No por las nubes en el llanto
No por el humo de tu pecho
No por el bebé muerto que buscaba la caricia
El mundo es un lugar cruel
Porque así lo hemos dibujado
Así lo hemos poetizado
Así lo hemos hecho canción de torturas
Habitaciones de agonía

***

Mi corazón vaga borracho de miedo
Borracho de ira
Y borracho va cantando
En las orillas azules de la noche
Cantando y muriendo
Como un animal azul que regala la luna
Un animal abandonado a los ojos del hombre
Soy la lluvia de la que todos huyen
Una lámpara que alumbra otras sombras
Pero que se oculta a sus bosques

 

Y PENSAR QUE SOLO QUEDA
Solo quedan nuestras sombras
Caminando  el empedrado
Nuestros labios amándose
Acariciándose
Nuestros ojos cegando
Todo el peso de los días

EL SEÑOR UNDERGROUND

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(1981 o 1987). Agente patafísico en la ciudad imaginaria de Yellow Hell City. Fanzinero (re)negado en varios planetas del Multiverso. Fanático de los collages y los cómics de Grant Morrison y Charles Burns. Murallero crepuscular. El Amigo invisible de Rimbaud y Lautréamont.

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