Loving everything that increases me
Raymond Carver

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Todo fluye y levita en mi cabeza. Ideas para grandes obras mueren en el intento. ¿Qué puedes saber tú de mis tormentos al instante de crear? ¿Te gusta lo que escribo? Deberías leer lo que nunca escribo y que solo se queda en mi mente. No te sientas orgulloso de aquello que lees, puede que no sea más que el desecho de una obra monstruosa que jamás se escribió. Crear no es más que al acto azaroso de pulir excremento congelado.

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No soy un buen poeta. No soy un buen escritor. No soy un buen artista. No soy un buen padre. No soy un buen hijo. No soy un buen marido. No soy un buen amigo. No soy un buen individuo. El orden define la importancia que cada uno tiene en mi vida. Afortunadamente existe en mi cerebro un rincón lluvioso donde no existe ni lo bueno, ni lo malo. Soy un bueno para nada gracias al sueño de crear y destruir universos en bosques de tinta y papel.

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Existen 6 clases de lectores para este texto. Los que sin leer dirán que es genial porque lo escribí yo. Los que se frotarán las manos por el goce de confirmar que sigo siendo la nada que siempre fui y no se detendrán a mirar el sentido de mis palabras. Los que sonríen, se sienten identificados y dicen que soy un caso perdido. Los que hacen una disección marxista-psicoanalista-relativista de cada una de mis frases y concluyen que hay una crisis en mi interior pero que es un crimen que escriba tan mal. Los que fingen no leerlo, se sienten maravillados, guardan silencio y cambian disimuladamente el rumbo de sus vidas y sus escrituras. Por ultimo están los que ni fu ni fa y dicen: “está loco, pero es un verdadero escritor”.
Mis lectores favoritos (o los que más me convienen) son los que no saben de mi existencia y jamás leerán mis manuscritos.

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¿En qué momento empezamos a sentir miedo a la soledad? Se desplomaron los besos y las miradas en la oscuridad de aquel callejón. Ya no hay promesas, ni contratos de “¡Por favor, jamás te vayas de mi vida!”. Ya nunca en esta ciudad se escucharán los gritos de un hombre que diga: “¡Yo soy un dios!”. Tambalean las convicciones: abajo, un abismo de vidas lineales esperan para darte la bienvenida a un repugnante aburrido Buen Vivir geométrico.

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Tienes la Forma. Con ese límite conquistarás al mundo. Si al universo no le importa la verdad, qué más da, continua con el engaño. No te delataré.

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Alguna vez llegué a pensar que en toda mi anatomía se encontraba los días azules de Enero. Creí ser Enero, creí perderme en él. Fui feliz, lo juro, a pesar de la tristeza y la soledad.

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Actúan como imbéciles para dejar anécdotas para la posteridad: la idiotez humana siempre recompensará semejante desfachatez.

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Otro nombre por el cual podrías llamarme cuando me veas en la calle, es Víctor Frankenstein: tengo el poder de crear monstruos, la defectuosa virtud de darle vida a lo que estaba destinado a permanecer muerto o no debía existir: tengo el poder de convertir en monstruos a los que me rodean y de paso hacer que me quieran destruir.
(También puedes llamarme Rey Midas: el que al tocar a otros los convierte en oro y excremento).

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DOS HOMBRES O DOS COSAS SE ENCUENTRAN EN UN SUEÑO…
-¿Hasta donde puedo llegar con esta vida que llevo?
-Tu vida es solo una más de una multitud ¿Para qué te atormentas si todos se sienten igual que tú?
-¡Pero es mi vida, ellos no me sienten, ellos no me son ahora con este dolor!
-¿Y qué? ¿Crees que tu sufrimiento es más grande como para pretender resaltarlo ante los demás? El mundo es una cadena de sufrimientos, una red de angustias. Ningún dolor está por encima de otros dolores.
-Pretendes entonces que viva como si fuera aquel y no este. Pretendes que actúe como un autómata.
-No pretendo nada. Solo te digo que el mundo es dolor y no hay que ir por ahí lloriqueando creyendo que lo que se sufre es más o es menos que el sufrimiento de la multitud.
-Mi dolor es mi dolor, por eso no puedo decir que es el dolor de este o aquel.
-Créeme cuando te digo que solo hay un hombre en el planeta. Un hombre que es multitud de sí mismo. Todos somos uno…
-…
-No me mires así. Somos el único hombre: Ese que desesperado por lidiar con tanto dolor se dividió en millones y millones de sí mismo para que su angustia no fuera un muro indestructible de piedra.
-Es una teoría tonta.
-Como lo es tu lloriqueo al restregar tus tristezas insignificantes contra un mundo de verdadera desesperación…
-¡No hay nadie más triste que yo en este universo!
-¡Por palabras tan insensatas como esas, es que no hay algo más triste que el mismísimo universo!

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Jr. Rameus. Suicidio Nicotina. El Señor Underground. Mr. No. Mr Carroña. Luca Brasi. Qoxahomn. Pantagruel. Todos mis alter egos, todos los demonios y yo mismo. Si alguna vez te los encuentras en la calle y te sonríen, te abrazan o te ignoran, considérate privilegiado, porque ni yo mismo, en este instante de crisis, los puedo encontrar.

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Nada de disciplina. Mi arte nace y muere en el caudal del Caos. La disciplina que en otros es una virtud, en mí es un defecto.

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Tengo 28 años, si esta noche decidiera no volver a escribir una línea por el resto de mi vida, jamás dejaría de ser lo que siempre he sido desde que levitaba en el vientre de mi madre: un escritor.

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Me sorprendo de la intuición y las maneras de las mujeres. Acostado en la cama miro a mi mujer vestirse: Su cabello, su espalda, sus caderas, sus piernas… Algo en sus movimientos se vuelve universal. Ciertos gestos ponen de manifiesto un misterio latente en todas las mujeres: el enigma que nos seduce, el embrujo de una extraña eternidad naciendo. Nunca he querido ir más allá ¿De qué me puede servir saber lo que se esconde detrás del velo de esos hermosos cuerpos y almas sensibles si lo que quiero es ahogarme en ese ardiente mar de pasiones?

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“No tengas miedo, desde antes de nacer para ti se apartó una cuota vasta de triunfo y felicidad. Sal al jardín a arrancar los frutos que quieres comer, solo tienes que estirar la mano. No tengas miedo, pierdes el tiempo aquí mientras allá está la realización de tus sueños. Solo tienes que actuar y decir: <Yo quiero> <Yo puedo> <Yo soy>. No sabes de lo que eres capaz, no sabes del germen en tu espíritu que hará que brote el árbol de la sabiduría que duerme en ti>”.
No podía creer las palabras del viejo y le dije: “Maestro, perdóneme, soy un perro vagabundo ¿Me puedo mear en su árbol de la sabiduría?”.

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Ojalá un ejército de termitas gigantes viniera una de estas noches de Enero y se comieran página a página el libro experimental que yace polvoriento en las estanterías de mi ardiente corazón.
(Y que luego se comieran, lentamente, el libro negro en el corazón de la Xanta Madre Literatura).

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¿Entenderán las palabras sacadas del pozo de mis miedos? ¿Quién de ustedes se atreve a preguntarle a Enero en dónde quedó su hermosa brisa que acariciaba mi cabellera? ¿Me besaras con los ojos cerrados o con los ojos abiertos? ¿Reconoceremos que algo ha muerto en nuestros corazones a pesar de los privilegios con los que nos ha coronado el mundo? Quizás estas sean mis últimas palabras antes de entrar a los infiernos mundanos o quizás esta noche Yellow Hell City sacará a todos de sus callejones para regalarme la soledad que todos me roban cuando me saludan en la calle ¿Serás capaz de decirme que quieres salir conmigo a quemar la ciudad? ¿Es este manuscrito un grito de auxilio antes del suicidio de mis formas más queridas y celestiales? Todo esto es tan extraño como el rostro de alguien que se mira en el espejo mientras grita: “¡Underground, eres un bueno para nada! ¿Entiendes? B.u.e.n.o.p.a.r.a.n.a.d.a”

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Amigo, sino fuéramos emperadores sangrientos perdidos en la vanagloria de nuestras creaciones, nos quitaríamos nuestras vestiduras de ego, y humildes como sonrientes pastores destaparíamos la botella con vino y nos abrazaríamos riendo hasta que llegara la enigmática y consoladora muerte.

06 Enero 2016

EL SEÑOR UNDERGROUND

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(1981 o 1987). Agente patafísico en la ciudad imaginaria de Yellow Hell City. Fanzinero (re)negado en varios planetas del Multiverso. Fanático de los collages y los cómics de Grant Morrison y Charles Burns. Murallero crepuscular. El Amigo invisible de Rimbaud y Lautréamont.

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