El Escritor Alejandro Paniagua Anguiano en su nuevo libro, «Nadie duerme en el mundo», desnudó un terror oculto para muchos: la demencia se come el pensamiento del enfermo y, a su vez, destroza los sentimientos de quienes lo quieren y cuidan.
Bajo el sello de Textofilia Ediciones, el autor abordó un nuevo juego de emociones, muy alejado de sus otros libros como «Inmovilidad» y «Tres Cruces», donde los elementos comunes eran la violencia e inseguridad en México.
«Nadie duerme en el mundo», plantea al lector que la muerte no es producto de una bala que atraviesa el corazón; una enfermedad que consume el cuerpo; un veneno que corrompe la sangre. ¡Tampoco lo es! La muerte es cuando el mundo te olvida… o tú olvidas el mundo.
El protagonista de esta novela, narrada en episodios cortos, asfixia nuestra comprensión lectora porque quiere desahogarse en cada vuelta de página. Andino, su pareja, lo consume poco a poco, una terrible enfermedad acecha su existencia, mientras carcome la manera en cómo él observa la realidad. El personaje principal parece que nos pide ayuda, no vas a soltar el libro porque esta historia cala, lacera, quema y desintegra como el ácido tu tranquilidad mental.
Querido lector, seguramente recordarás cuando alguien te dijo «sálvate tú». ¿Lo hiciste? ¿Abandonarías a ese ser amado que se pierde en una enfermedad? ¿Temes el castigo divino por ser egoísta? ¿Qué karma estarás pagando?
A través de la literatura reconocemos que la realidad supera a la ficción. Las relaciones de pareja enfrentan momentos duros cuando se trata de mantener el equilibrio emocional o enfrentar enfermedades devastadoras; que te dejan desnudo por mucho que te vistas; que son un terremoto íntimo. Esa cinta de la memoria que salta por los aires y deja todo a la intemperie. Ese frío que debes sentir para comprender.
En entrevista exclusiva para la revista «El Laberinto del Minotauro, en Cartagena, Colombia, Alejandro Paniagua platica sobre la obra en cuestión.
¿Por qué tu historia aborda el apego emocional, la codependencia?
Es una hermosa historia en medio de la pérdida de identidad por una enfermedad. Porque la enfermedad es algo con lo que convivo desde siempre: la epilepsia, la depresión, algunos problemas neurológicos… Sé de primera mano que el padecimiento físico devasta varios aspectos de las relaciones de pareja, sé lo difícil que es hacer una vida normal con la enfermedad a cuestas. Todo se vuelve intrincado cuando el cuerpo falla.
Después de leer las primeras quince páginas de «Nadie duerme en el mundo», te preguntas si una enfermedad puede reconciliarnos con nosotros mismos. El protagonista descubre que en esta vida se revuelve otra existencia en la que todos los tiempos, nombres y lugares suceden en sacudidas y tirones. No hay movimiento fluido… El día está lleno de grietas y agujeros.
¿Qué te motivó a que los protagonistas fueran una pareja homoparental?
Quería utilizar mis propias experiencias homosexuales en un libro.
Las acciones de Andino, quien no sale de su casa por miedo al mundo exterior y un acoso enfermizo fantasmal, nos muestran que las emociones en la literatura han transitado por una paradoja: el autor debe avanzar por caminos racionales para construir procesos emocionales. Pero en una relación de pareja el intelecto a veces es desfigurado hacia un abismo emocional de la condición humana. El Escritor Alejandro Paniagua estableció su voz distintiva en ambos personajes, una que resuena con sinceridad dolorosa y a la vez hermosa.
La palabra matrimonio significa martirio. Esta pareja vive un drama como muchas más. ¿De qué manera está relacionada a tu vida? No al Alejandro escritor, sino al esposo.
La novela cuenta muchos pasajes de mis relaciones amorosas y sexuales pasadas y presentes. Es un collage de vivencias personales. Varios de los peores momentos de mi vida fueron la inspiración para los capítulos. El matrimonio es un vaivén de tribulaciones y gozos.
De nada sirve la destreza adquirida por un poeta si no surge una epifanía que lo remueva todo, una intuición, un manantial que brota de pronto, con una visión que somete y encauza todos los recursos a su disposición para crear algo nuevo. Así le ocurrió a Paniagua Anguiano.
Con esta obra sales de tu zona de confort, sobre los temas que acordaste en Tres Cruces e Inmovilidad. ¿Por qué te decidiste a hacerlo? ¿Te sientes satisfecho con el resultado?
Siempre quise escribir una historia romántica, esta es mi versión distorsionada, violenta y trágica del amor. Me siento muy contento con la novela. En realidad, Nadie duerme en el mundo es el libro que he escrito que más me gusta.
El amor a menudo se presenta a través del cliché de dos mitades que se encuentran para sentirse completas. La amistad no necesita frecuencia. El amor sí. Pero la amistad, puede prescindir de la frecuencia o de la frecuentación. En cambio, el amor no, porque está lleno de ansiedades, de dudas. Un día de ausencia puede ser terrible.
¿Qué significa para ti ser parte de un matrimonio, noviazgo o ser la media naranja de tu
pareja?
Ser pareja de alguien es uno de esos elementos sagrados de la vida cotidiana. Todo lo que hago por mi pareja, sea bueno, malo o neutro, es un acto de devoción, de ofrenda. El matrimonio es un ritual maravilloso que engrandece y desgasta por igual.