El tercer mudo después del sol
Rodrigo Bastidas Pérez, compilador
Ed. Minotauro
Bogotá, 2021
250 páginas
¿Qué tienen en común un relato sobre la re-interpretación de la conquista de América por parte de los europeos, que doblegan a la Mama Tierra, uno que describe, a manera de enumeración que llega hasta el cien, una historia futura de nuestro planeta agonizante en manos de los seres humanos, otro que postula la idea de que los psiquedélicos (reasignación nominal de las sustancias propias de nuestra herencia indígena) no son más que “máquinas moleculares capaces de potenciar la sinapsis a la velocidad luz”, uno más que describe los avatares de una Inteligencia Artificial Personalizada que se descubre a sí misma incompleta y falta de sentido, existencial, y un último en donde, usando la nanotecnología y el mapeo del cerebro, un grupo de snipers neuronales borran recuerdos y memorias buscando aliviar el TEPT en ex militares y víctimas de episodios traumáticos? Creo que la única respuesta posible es la que expone, a manera de lúcido ensayo post-literario, el escritor y académico Rodrigo Bastidas Pérez en el prólogo de El tercer mundo después del sol acerca de lo que es la ciencia ficción latinoamericana:
“(…) pareciera que su marca es la transformación constante, la adaptación, una metamorfosis que siempre logra hibridarse. No podemos definirla (…) como si fuera una copia subrogada, sino como un género propio y potente, como una escritura que subraya nuestra presencia central y necesaria en un mundo que se mueve entre los apocalipsis pandémicos, el maquinismo corporativo, las distopías del realismo capitalista y las ucronías revisionistas” (2021, 17).
En este volumen, Bastidas se ha empeñado en compartir con los lectores una vasta mirada del Sci-fi latinoamericano, en catorce relatos que re-escriben y re-interpretan las ideas preconcebidas sobre la ciencia ficción, que muchos construimos con las lecturas del canon clásico anglosajón, gracias al talento y diversidad de puntos de vista sobre el género de los autores que Bastidas ha compilado. Cada una de estas propuestas merece una reseña en sí misma, llenas como están de ideas novedosas y relaciones que convergen en la noción de dejar de lado la interpretación heteropatriarcal de lo que se ha llamado la ciencia ficción por una donde la crítica social, los paralelismos y las historias imbricadas con la realidad que vivimos a diario se solapan, construyendo universos dotados de nuevos y extraordinarios sentidos. Es más, cada uno de los textos reflexivos que acompaña a los relatos, escritos desde la visión personal de los creadores, es en sí mismo una declaración de intenciones sobre lo que ha sido, es y podrá ser la ciencia ficción escrita en Latinoamérica.
Destacan en esta colección dos relatos, primero, por su lucidez y, segundo, por la relación que tejen con aspectos de la realidad y de la ficción, como lo son Slow Motion, de la escritora cubana Maielis González, de quien se puede resaltar también su podcast Las escritoras de Urras, una manera más de dar visibilidad a la ciencia ficción escrita por mujeres, y Constelación nostalgia, del peruano Juan Manuel Robles, quien fuera becario de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano para asistir a talleres con los célebres Ryszard Kapuscinski y Tomás Eloy Martínez.
El primero, sobresale por su temática tan actual: la pregunta crucial sobre si una Inteligencia Artificial puede o no tomar consciencia de su propia existencia y desarrollar una actitud desdeñosa hacia los humanos, o una visión ética de sus propias acciones o, por último, y quizás más contradictorio aún, estar en la búsqueda de la trascendencia de su propia vida. Todas estas cuestiones son vitales en el actual panorama de la reflexión sobre la IA así como del futuro de la humanidad junto a estas, como lo ha venido expresando el historiador Yuval Noah Harari en sus textos, en especial 21 Lecciones para el siglo XXI así como la austriaca Helga Nowotny en un texto que bien merece un análisis aparte, In AI we trust, que va más allá de las cuestiones puramente técnicas y éticas de la incursión de la IA en la vida humana, para convertirse en un trabajo epistemológico en la era de la ciencia y la tecnología. En este relato asistiremos a la incursión de la IAs en la vida cotidiana, para enterarnos de cómo han ido evolucionando, o mejor, siendo lanzadas como productos tecnológicos que se van quedando obsoletos. Asistir a las reflexiones de Marvel, el personaje principal, es incursionar en la ciencia ficción pura y dura, aquella que nos deja atónitos frente a las cuestiones que tendremos que enfrentar como especie, es posible, en tan solo unos pocos años.
De otra parte, Constelación nostalgia es, desde mi punto de vista, un deleite que une dos mundos en los que el ser humano ha querido incursionar siempre: el cerebro y el espacio. Con una trama cuidadosamente tejida que no revela al lector un ápice, permitiéndole preguntarse a cada momento cuál es el contexto de los sucesos narrados, las cuestiones sobre nanotecnología y mapeo del cerebro terminan fusionándose con los videojuegos violentos que generan las mismas preguntas que muchos de nuestros padres se hicieron en el pasado y que, aún hoy, continúan en discusión: ¿generan estos conductas, actitudes o comportamientos también violentos? El quid de la cuestión en el relato está en los recuerdos y la posibilidad de perderlos, o recuperarlos. ¿Cómo lograrlo? ¿Qué tecnología usar para ello? Las respuestas, y un dato escondido entretejido de manera muy fina, son algunos de los elementos que esperan al lector en esta narración para la que Robles tuvo que documentarse y sacó partido, eso sí, de sus obsesiones por la neurociencia.
No hay espacio aquí para referirse a todos los textos, pero no quiero cerrar sin mencionar uno más, A través del avatar de la argentina Laura Ponce, un verdadero heredero del Neuromante de William Gibson, en donde un mundo virtual es el telón de fondo de una extraordinaria narración que pone a su protagonista al borde del cataclismo y en donde convergen las cuestiones que la modernidad tardía nos replica hoy: el deseo de reconocimiento social, el desprecio por una vida corriente, como la de cualquiera de los mortales y la posibilidad de sentir que la existencia guarda un verdadero sentido.
Rodrigo Bastidas Pérez ha logrado una colección única, no solo por la variedad de posturas que cada uno de los autores toma frente a la cuestión de lo que es o puede ser la ciencia ficción, sino por las temáticas que estos abordan en sus escritos. El más allá, sin caer con eso en lo terrorífico, la exploración de los mundos ancestrales que nuestras comunidades autóctonas han venido defendiendo por centurias, la vida en la tierra luego de un cataclismo climático, la transparencia del mundo digital y el uso de sustancias que activan nuestras percepciones, son algunos de los hilos conductores de esta selección. Cada minuto invertido en esta lectura dará con creces al lector una recompensa: un esplendor de ideas y nuevas miradas que le susurrarán al oído, y no lo dejarán indiferente, mientras “le recordarán al resto del mundo, a ese azul pálido casi perdido en un inmenso mar de estrellas, que en Latinoamérica también escribimos ciencia ficción”.